CARTA AL DIRECTOR enviada por: (Al-Hakam Morilla Rodríguez,Liberación Andaluza)
“Mi nacionalismo antes que andaluz es humano”. Ahmed (’Blas’) Infante.
Imaginad unas quizá aparentes distopías. EEUU, dado el carácter estratégico del Estrecho de Gibraltar entre el Mediterráneo y el Atlántico, Europa y África, gracias a sus dos gigantescas bases en Rota y Morón y su poderío militar abrumador, decide anexionarse Andalucía dándole el rango de Estado Libre Asociado como Puerto Rico. No le ha quedado más remedio a los gringos ante la incapacidad crónica de los antiguos amos españoles para superar su inveterado fascismo y desgobierno. ¿No estaríamos mejor que en esta actual reserva de hilotas mal administrada por los esbirros de los gerifaltes de Madrid y sus compinches de la alta burguesía catalano-vasca?
Y ya puestos a fantasear podríamos seguir. Igual que Rusia se ha anexionado Crimea por la jeta, incumpliendo todos los tratados internacionales, merced a su capacidad armamentista disuasoria nuclear, y con el amigo de Putin Trump ya de presidente, el nuevo zar ruso le cede a los yanquis la total hegemonía en Oriente Medio a cambio de establecer un enclave del Kremlin en Andalucía. Por fin se electrifica el ferrocarril hasta el puerto de Algeciras, el corredor mediterráneo llega hasta Almería, e incluso construyen un puente y un túnel que salva los catorce kilómetros que separan Ceuta del sur de Cádiz. Al racionalizar nuestras infraestructuras y recursos, y darle una pasada por la piedra a algunos corruptos para escarmentar al resto, el despegue de Andalucía se vuelve meteórico.¿No cambiaríamos esta perspectiva a cambio de zafarnos al fin de los crónicos ineptos de la Junta de Andalucía y la Carrera de san Jerónimo?
Por imaginación que no quede. Una futura China, el Estado más poblado del mundo, ante la quiebra técnica del capitalismo, y de su esperpéntica sucursal del Estado español, condona la deuda impagable del gobierno -perennemente en funciones- justo antes de su absoluta quiebra. A cambio montan gigantescas plantas industriales desde Almería hasta Huelva, y de Cádiz a Jaén. Se activa el comercio a una escala sin precedentes, otorgándole a Pekín la soberanía de facto de la tercermundista pseudoautonomía que padecemos. Los andaluces dejan de emigrar, e incluso millones tienen que retornar ante la pujanza económica del mediodía peninsular. ¿Alguien con una mínima honestidad intelectual no elegiría esa posibilidad para al fin librarnos de la incompetente tutela, despótica, de las calamidades encumbradas a orillas del Manzanares, y de paso del ‘andalucismo’ de opereta de todos los partidos con vocación estatalista, y tácita o descarada obediencia vaticana?
Entonces no le demos más vueltas, por mucho que ciertas mendaces plañideras sollocen a moco tendido, por no existir Andalucía en el parlamento de Madrid, y no haber mas que partidos feudatarios de la metrópoli en Sevilla, hechos seculares por los que según parece deberíamos andar rasgándonos las vestiduras, cual si fuese novedad. Sabemos de qué ha servido durante décadas el tan cacareado ‘poder andaluz’ de tantos desaprensivos ensoberbecidos en las poltronas. Para cebarse a costa del contribuyente, para lucimiento de vanidades autosatisfechas, y para desactivar a lo jesuita cualquier conato de construcción nacional no sólo en la colonia de aquende Despeñaperros. Lo mismo puede aplicarse, con otros vergonzantes actores, en los Buldan (países de…) Al-Andalus, sin olvidar a Aragón, el Algarve-Alentejo y a los exiliados de nuestra Diáspora sobre todo en Iberoamérica, el Magreb y Europa, ahora genuflexos por camarillas indecentes de cipayos jacobinos, de izquierda o derecha. Por esos motivos con respecto a la teleología del poder una inopía absoluta: los babeantes por el carguito nunca considerarán el poder político una relación sino una situación. Si se atreven a abrir la bocaza mercenaria en la calle, lejos del estrado, la tribuna o el micro, carecen por entero de credibilidad.
Los estrechos límites de esta pútrida ‘autonomía’, ahogándonos a diario a través de sus capataces eunucos, su autista propaganda y su ineficacia fratricida, no pueden contener la pasión de la libertad que palpita en nuestros pechos, y que conquistaremos tarde o temprano con una resistencia civil pacífica ante el monárquico-clericalismo que nos expolia y aliena. ¡Dejadnos de una vez respirar, neoinquisidores travestidos de blanquiverdes, poder vivir en una sociedad digna!
Si hay personas con sinceridad, con coraje, o con ojos en la cara no insensibles ante esta insoportable miseria a nuestro alrededor, y reconocen que antes de continuar pisoteados por la nefasta colonización centralista sería mejor hasta estar gobernados por norteamericanos, rusos o chinos, ello significa que el anhelo de libertad aún representa un valor en vuestros corazones. El opresivo corsé de ‘lo andaluz’ debe como una granada abierta renacer en lo andalusí, con una administración laica y republicana tras un proceso constituyente, y volverse de nuevo universal.
El fallido ‘nacionalismo -o regionalismo- andaluz’ antidemocrático, clasista, hipócrita, traidor, racista y cobarde de estos últimos cuarenta años, tan solo habrá sido una pesadilla almibarada para embaucar a pardillos. Un pasatiempo burgués cursi de catetos, mercenarios cortesanos de sacristía, carcas a los que les pasó hace mucho la fecha de caducidad. Para la casi totalidad de esos decrépitos reaccionarios, los andalusíes de conciencia valemos menos que un polvoriento objeto de museo. ¿Hipérbole crítica tal vez? ¿Os resultaría hoy concebible que un diputado en Cortes renunciase a su escaño, junto con todos sus privilegios inherentes, incluso que se diese de baja de su propio partido en protesta por las arbitrariedades represivas de su dirección? ¡Pues ello llegó a suceder donde dimitir es un nombre ruso! Fue en 1981, en aquel partido del rampante loyolista Alejandro Rojas Marcos, cabecilla del primer PSA heredero del ASA o Asociación Socialista de Andalucía, más conocida como Asociación de Señoritos Andaluces… (¿forjado en la sombra de la ASdP, Asociación Católica de Propagandistas, con el objeto de implosionar cualquier forma cultural no asimilable al redil canónigo-rojigualdo?). En la memoria de los andalusíes no podrán borrarse nunca las ignominias, unidas a la admirable muestra de dignidad despreciando su escaño en el parlamento español, y a su partido, que tuvo Emilio Pérez Ruiz del PSA, harto de otras dimisiones de dirigentes y de caprichosas destituciones sigilosas perpetradas por aquel narcisista marquesito Alejandro. Aunque Emilio Pérez se reintegraría, por presiones de otros compañeros ya como simple afiliado dos meses después en ese tinglado de presuntuosos politicastros trepas hoy extinto, ahí queda el hermoso gesto para la historia. Ya tuvo que asfixiarle el asco en su día por tanta duplicidad y cainismo de arrogantes flechas con olor a incienso. Y no podemos olvidar tampoco a aquellos alcaldes anónimos de todos los signos partidistas en el Valle del Guadiato, área deprimida noroccidental de la provincia de Córdoba lindante con Badajoz. Como protesta a comienzos de esta democracia de pega nacionalcatolicista se negaron a sacar las urnas en unas elecciones, pues la emigración y la pobreza de su comarca las ignoraban los vividores del Régimen. Julio Anguita seguro que lo recuerda, aun con su actual careta revolucionaria de pacotilla; pero no vayáis a ser mal pensados, seguro que no escaló hacia el politburó centralista por incitar de modo entusiasta a las purgas de todos aquellos cordobeses rebeldes. Épica inmortal que nunca se acallará bajo la tierra.
No podemos ni debemos resignarnos a que nos conviertan en subordinados ‘andaluces’ de comedieta de los hermanos Álvarez Quintero, con falaces identidades prefabricadas versión progre, como quiere la avarienta tiranía borbónico-papista junto con sus sicarios locales, porque ya que nos condenan a ser apátridas, tendremos siempre una Matria por encima de ideologías, creencias o estéticas, y una lengua romance aljamiada anterior al mal llamado ‘castellano’ de la que proviene el hermoso idioma Andalú: hemos sido y seremos sin complejos ni miedo, con orgullo, ANDALUSÍES.
¿No es más necesario incluso que estar vivos, como las plantas o el ganado, sentirnos y sabernos Humanos…? Ha llegado la Hora, largo tiempo ansiada, del amanecer de un Al-Andalus independiente.
Tahia Al-Andalus Hurra! DIARIO Bahía de Cádiz
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