CARTA AL DIRECTOR enviada por: Juan Antonio Sánchez Campos
Con miras al último trimestre del año se presumen cambios notables en la forma de actuar de los principales personajes de la élite europea capaces de mover ficha al casillero que más convenga a los intereses de los más fuertes del continente. Las maniobras políticas se hacen visibles apartando del lugar de privilegio a personajes que, a pesar de ser conscientes de su falta de competitividad entre las jerarquías creadas, presumían ser protagonistas de excepción entre los corrillos del Consejo Europeo.
Maniatados por la fuerza de nuestros acreedores, debemos conformarnos con intendenta pasar desapercibidos y atender las demandas sociales de nuestros ciudadanos en lugar de presuponer posiciones a las que no podemos optar por pura atonía del resto de figurantes. El desequilibrio económico marca la pauta de la división en la UE, un prominente proceso de recuperación que no llega es la causa de está situación degenerativa y progresiva que condiciona el progreso social dejándolo en vías de desarrollo lejano según puede verse en la actualidad.
Y es que, nos regalan palabras a los oídos como que somos el único país de la eurozona capaz de acometer unas reformas axfisiantes y unos ajustes insolidarios para resolver parte del problema de la deuda; incluso por parte de la presidenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), la gallarda Sra. Lagarde, a la que según sus pronósticos sobre la duración de persona útil a la sociedad, le quedan poco más de seis años, dice sobre nuestro país que puede ser el primero en llegar a confirmar los ajustes preceptivos para regenerar la economía.
Unas declaraciones que, tras el paso por los medios de comunicación, pasan a segundo término y solo se creen los más cercanos al entorno del capital. Ya comienza a endurecerse el ambiente y se mueven condicionantes entre los mandatarios que deriven en unas nuevas reformas con el aumento de la angustia entre la ciudadanía por la posibilidad de hacer desaparecer el IVA reducido, crear más condicionantes a las jubilaciones y las pensiones de jubilación y pisar el acelerador de la Reforma Laboral con el ánimo de menguar la lista de desempleados a pesar de aumentar peligrosamente el trabajo precario que termine con la solvencia minima de los hogares ya faltos de recursos.
Nos movemos en una ciénaga capaz de tragarse la dignidad de la sociedad sobre la que no se ve un salvavidas propicio para poner a salvo los recursos básicos de la ciudadanía. Una obsesión del Gobierno por pagar la deuda contraída por las entidades bancarias sin tener en consideración la deuda que estas le deben a la sociedad que les salvo del naufragio. Lejos de atender estas demandas, se confirman como únicas herederas del grifo crediticio y dueñas de la cuerda que ahoga poco a poco la esperanza de los pequeños empresarios.
Confusión es el sentir de la sociedad ante la posible llegada de nuevos cambios en nuestra economía incapaces de sostener las demandas y hacer posibles las peticiones de los ciudadanos. Una falta de medidas capaces de solventar está situación que ya lleva entre nosotros demasiado tiempo y sobre la que tan sólo, se ven cada vez más obstáculos. Un comportamiento de la UE para con los peligros palpables que hacen balancear las clases sociales por el desajuste de sus economías somete a colectivos tan frágiles como la infancia en una pobreza insultante en pleno siglo XXI y convierte en una utopía los derechos humanos en un continente con el serio peligro de caer en una dinámica de alejamiento entre sus países, incluso en un gripo creado para fortalecerlo como es la UE, que puede ser en poco tiempo una presa fácil para los mercados provenientes de otros lugares y que durante un tiempo, se mostrarán dañados por la competitividad de Europa. Nos queda mucho por aprender y más aún por perder sino estamos bien cohesionados ante semejante batalla social por la que estamos pasando sin armas para intentar mantener el terreno social y político ganado con el tiempo. DIARIO Bahía de Cádiz