CARTA AL DIRECTOR enviada por: Manuel Pérez Andría, de Puerto Real
Quizás muchas personas no la conozcan porque su labor es muda, piensa, haz bien y no mire a quién. Todas sus acciones las realiza de forma altruista. Dicen de ella que es una artista en el escenario de la vida, otras, que es la mujer de los mil corazones. Los ha repartido entre sus familiares y amistades. Algunos de esos corazones, nos lo ha regalado a nosotros.
Somos Concha con 90 años y Manolo con 88 años, por lo que queremos dar fe, en estas líneas, de su valía como persona. Siempre acompañada de su esposo y muy preocupada por sus ascendientes y descendientes. Fue hace dos años cuando nos conocimos en el bar de la amistad, El Calvo, de Puerto Real. Teníamos la mochila cargada de experiencias, muchas de ellas, machacaban nuestras mentes, tanto que veíamos el futuro desolador, que nos quitaban las ganas de vivir y con pocas fuerzas para afrontar los problemas que nos presentaba la vida.
Queremos, resaltar la labor de esa gran persona que es Milagros, porque en ese tiempo nos ha hecho ver la cruda realidad de nuestro paso por la Tierra. Nos repite, que tenemos que existir día a día, que no podemos vivir de los recuerdos, ni mucho menos de los malos ni de los que no tienen solución. Queremos resaltar algunos de los muchos momentos en que Milagros nos ha hecho despertar. Nos manda la comida para que no guisemos. Nos lleva muchas veces, los sábados y domingos, a comer por los restaurantes típicos de la provincia. Nos advierte de los peligros que corremos a nuestras edades. Cuando observa que nos hace falta algo, rápidamente, nos lo compra. Cuando hace buen tiempo, nos sentamos, por las tardes, un ratito en algún bar de alrededor, charlando de cosas banales, sin importancia, pero, con la intención de que salgamos del hogar para que no estemos tanto tiempo encerrado en casa y así movamos los músculos. Cuando no es posible que salgamos, viene a nuestro hogar y nos ayuda en lo que puede.
Nos ayuda a solucionar nuestros achaques clínicos. Concha ha estado 19 días ingresada por un resfriado mal curado que le produjo una insuficiencia coronaria que desembocó en un amago de infarto. Cuando salió de alta, no sabía cómo agradecerle a Milagros todo cuanto la ha cuidado, antes y en esos días.
Por eso, desde aquí pedimos Concha y Manolo se haga la máxima difusión de las cualidades de esta persona, porque en este mundo no todo es malo.
Manuel Jaén y Concha Duarte. DIARIO Bahía de Cádiz