CARTA AL DIRECTOR enviada por Horacio Torvisco, de Alcobendas
Sábado por la mañana, una conocida emisora de radio emite un programa sobre la adicción a las compras compulsivas. Hablan un reputado periodista y una psicóloga de cómo esta sociedad consumista genera esa patología tan nefasta para el individuo y la sociedad, especialmente en épocas como las Navidades o el ‘Black Friday’, donde la presión al ciudadano para que consuma es insoportable. Termina el programa e inmediatamente se emite un aluvión de anuncios que no solo ofrecen lo tangible, el objeto, sino que además ofrecen lo intangible, la satisfacción y felicidad que provoca la compra del objeto.
Cualquier día laborable por la mañana en otra emisora, esta conducida por un “predicador”, llamarle periodista sería un insulto a la profesión; hilvana un discurso donde lo que predomina es la mentira, la publicidad de un panfleto suyo, el odio, la zafiedad y el machismo. Termina el “predicador” y entra una cuña publicitaria, esta institucional, donde se anima a la mujer maltratada a que denuncie su situación señalando lo injusto y criminal de ese maltrato.
Miércoles por la mañana, Juan de catorce años recibe en el instituto una clase de ética donde se trabaja la importancia del respeto a los demás. Ya por la tarde en su barrio, Juan es un pandillero agresivo y violento en su entorno. Tanta contradicción anula los efectos positivos de cualquier mensaje. DIARIO Bahía de Cádiz