CARTA AL DIRECTOR enviada por: Lola Duque
Uno de los principales argumentos con los que se suele atacar a Podemos desde los partidos acomodados en el sistema, suele ser una supuesta inmadurez e inexperiencia dado que muchos de los puestos visibles están siendo ocupados por gente joven, gente que en su mayoría no habían nacido cuando España vive la transición, pero la realidad y el sustrato de Podemos es mucho más que todo esto.
A lo largo del último año, han nacido en nuestro país cientos de círculos de Podemos y en todos y cada uno de ellos, la presencia multigeneracional es importante y necesaria porque los cimientos de un partido que aspira políticamente a que el pueblo se haga responsable de su propia historia, debe asentarse procurando no repetir los errores del pasado.
En los círculos, la segunda fila de veteranos, es tan necesaria como el empuje y la frescura de los más jóvenes porque esos veteranos son los que a finales de la etapa franquista corrieron delante de los grises poniendo en juego su integridad física en manifestaciones que nunca eran autorizadas y que perseguían denunciar un régimen totalitario que no reconocía los derechos más elementales de los ciudadanos. Esos veteranos son los que se amotinaban en las fábricas cuando los derechos sindicales eran una mera quimera y los que sufrían despidos totalmente improcedentes por defender causas justas.
En el campo andaluz, estos veteranos son los que iniciaron entre los jornaleros una incipiente conciencia de clase y los que lucharon para que los emigrantes en la vendimia o en la aceituna empezasen a ser tratados como seres humanos y no como mera mano de obra sin más derecho que un ínfimo salario.
Estos veteranos que a su manera lucharon en tantas batallas y se pringaron en tantas guerras, fueron los mismos a los que la transición del 78 dejó en la cuneta. Las aspiraciones, los sueños de una democracia real sucumbieron tras el conformismo manifiesto de los partidos que se apoltronaron en el poder tras la muerte de Franco. Tal vez fue el miedo lo que hizo que se hiciesen tantas leyes “supuestamente democráticas” que amordazasen todo lo que las gargantas querían gritar, lo cierto es que el futuro con el que estos veteranos soñaban se esfumó y bajo el paraguas de una “ seudodemocracia” entendieron que la única libertad política que desde entonces les sería permitida sería el depositar un voto en una urna cada cuatro años.
Estos son nuestros veteranos, los veteranos de Podemos. Muchos de ellos solo nos siguen desde su casa y aún no acuden a los círculos porque cuando durante tanto tiempo te acostumbras a no verbalizar lo que piensas, cuando realmente tienes posibilidad de hacerlo aún sientes miedo. Su presencia es decisiva e insustituible porque tienen un olfato especial para reconocer los posibles errores que se pueden cometer en el camino pues les recuerdan a errores del pasado y un pueblo que olvida su historia y olvida sus errores es un pueblo condenado a volver a repetirlos. DIARIO Bahía de Cádiz