CARTA AL DIRECTOR enviada por: Melania Blanco, de Sant Joan de Vilatorrada (Barcelona)
Cuando una persona sale a cenar a un restaurante con su pareja, amigos, o familiares, espera encontrar un sitio agradable, con un buen servicio, y calidad culinaria. Pero es increíble cómo hoy día se han sobrepasado esos límites y la sociedad se ha vuelto extremadamente exquisita en el ámbito gastronómico. De repente, todo el mundo sabe muchísimo sobre el tema y es abrumador ver con qué facilidad se critica tan negativamente la labor de un restaurante, sobre todo en las redes sociales.
Tanto no sabremos cuando somos capaces de ignorar y obviar la labor de la pastelería en un restorán. A pesar de degustar un menú formidable, pasamos de los postres. La pastelería, igual que la cocina, es una disciplina que se divide en muchas otras: bombonería, bollería, pastelería clásica o francesa, entre otras. La repostería se ha encargado de aportar técnicas y mesura a la cocina, y la prueba la tenemos en la cocina contemporánea que promueven los grandes chefs.
En efecto, somos muy exigentes con la cocina, pero no tanto con la pastelería. Podemos ignorar el postre o simplemente tomarlo a desgana, sin esa motivación que nos han aportado los platos anteriores. Entonces, ¿será que los postres no están a la altura del resto de la comida? Parece ser pues, que la hostelería sigue sin dar a la pastelería la relevancia que se merece. DIARIO Bahía de Cádiz