CARTA AL DIRECTOR enviada por: Pedro Ignacio Altamirano
Hemos celebrado con miles de personas en las calles de Sevilla el 39 aniversario del 4 de diciembre del 77. Un día en el que el nacionalismo andaluz, tras la muerte del PA, comienza a despertar de forma clara y rotunda.
Podemos ha intentado protagonizar los actos del 4 de diciembre con maniobras que ya por conocidas cansan. Puede que algunos se crean su andalucismo, pero desde luego no su nacionalismo… eso les pilla muy lejos. Podemos intenta suplantar al PSOE-A en la izquierda españolista, cosa a la que nada tengo que objetar ya que, tanto monta, monta tanto. Pero hay que estar muy ciego para no ver que, no solo se quiere suplantar al PSOE-A, sino imitar su estrategia con, contra, hacia el andalucismo, que tampoco tengo nada que objetar, allá los andalucistas, pero repito… el nacionalismo andaluz, es otra cosa bastante más seria.
Podemos tiene un grave problema en Andalucía con su estrategia. Confunde andalucismo con nacionalismo, y eso es más que evidente, en sus formas, estructuras y consignas. Se puede ser andalucista llevando la bandera de Andalucía. Se puede ser andalucista hablando del desarrollo del estatuto de autonomía. Se puede ser andalucista pidiendo que se reconozca el 4 de diciembre como “día histórico” que no se sabe muy bien que es. Se puede ser andalucista de muchas maneras y formas, pero no nacionalista.
Para ser nacionalistas no se puede ser tibio ni abstracto, hay que ser claro. Por ello, si Podemos quisiera ser nacionalista andaluz, lo primero que debiera hacer es renunciar a Podemos. Renunciar al obediencia debida al comité nacional madrileño y a Pablo Iglesias, como primer paso a su propia independencia. Dejar de pertenecer al grupo parlamentario de Podemos en el Congreso y pedir grupo propio, o pasar al grupo mixto por dignidad de los votos andaluces que los pusieron allí, bajo la promesa de un grupo andaluz propio y que no han cumplido, como ya dijimos muchos.
Pero eso no lo harán, porque ello significaría renunciar a una marca “Podemos” que por ahora vende, y eso es poder para unos cuantos. No se puede ser nacionalista andaluz perteneciendo a una franquicia, pues las franquicias al final solo son una forma de esclavitud política al servicio del la franquicia, sin libertad alguna más allá de los beneficios que la marca aporta al franquiciado, pero que nada o muy poco llega al trabajador, al pueblo en este caso.
Podemos es, ya lo ha demostrado, un caballo de Troya que desembarca en forma de regalo, pero que una vez dentro, se abren las puertas y desembarca la infantería ideológica que se apodera de todo, lo anula todo y lo pone al único servicio de Podemos y sus intereses políticos. Los nacionalistas andaluces lo sabemos bien, y no aceptamos el caballo.
Eso supone un verdadero problema para los objetivos de Podemos. Tener en el frente político a un verdadero nacionalismo andaluz, alejado de la tibieza del andalucismo inmovilista, les supone no poder proclamar que ellos representan los intereses nacionales de Andalucía, ya que para representar los intereses nacionales de una nación hay que creer en ella, y no plantear como dice Teresa Rodríguez “Andalucía es de alguna manera una nación”. Eso es un insulto al nacionalismo andaluz, incluso debiera serlo para esos andalucistas rendidos a los encantos del caballo envuelto en celofán verde.
El nacionalismo andaluz, el verdadero nacionalismos andaluz esta representado por el partido nacionalista andaluz Somos Andaluces, por Nación Andaluza, Liberación Andaluza… y veremos que derroteros toma AndalucíaxSí, aún bajo sospecha, y deseo de forma ferviente estar equivocado, de ser un nuevo instrumento del PSOE-A para parar el ascenso del verdadero nacionalismo, y que espero se decante por el camino del nacionalismo claro y se sume al esfuerzo colectivo por la República. Es aquí y no en otro sitio donde reside el nacionalismo andaluz. El caballo, que lo compre quien quiera. DIARIO Bahía de Cádiz