CARTA AL DIRECTOR enviada por: Pedro Luis Mendoza Gordillo, de La Puebla del Río (Sevilla)
Para que la cumbre climática COP25, que celebrada en Madrid, no sea un nuevo fracaso habría que cuestionar sus propios mecenas. Resulta incongruente que las empresas que más contaminan estén presentes en el debate de expertos sobre el cambio climático.
Algunas de estas empresas han pasado del negacionismo y el ataque a respetados climatólogos en el pasado a reconocer de forma gradual el cambio climático. Pero injiriendo en la toma de decisiones con objeto de conservar sus ganancias. Y lo hacen como mejor saben, intentando asociar su imagen de marca con el respeto al medio ambiente, llamado en el argot anglosajón como ‘greenwashing’. Según la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribero, estos socios empresariales han aportado para esta cumbre climática entre diez y doce millones de euros.
A estas alturas está claro que lo no sostenible es la cultura generalizada del crecimiento (económico, demográfico, de extracción de combustibles fósiles y recursos naturales…) con el único objetivo de incrementar también el consumismo y las cuentas de resultados. Si partimos de la ya conocida premisa que dice “no puede haber crecimiento infinito en un planeta finito” es lógico pensar que debe propiciarse una transformación del sistema antes que este colapse de forma natural como ya se viene evidenciando.
La transición ecológica debe favorecer que ese cambio no sea abrupto. Detener el crecimiento no debería ser a costa de aumentar las desigualdades entre los más poderosos y los más pobres. Estamos frente a un problema que afecta a todos. No podemos permitir que las empresas responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero sean las que lleven la batuta de las políticas a desarrollar para mitigar el cambio climático. Pues los intereses empresariales chocan con la lógica para detener el colapso. Y en ese sentido deduzco que las grandes corporaciones deben estar apartadas del COP25 y de cualquier cumbre futura sobre cambio climático. DIARIO Bahía de Cádiz