CARTA AL DIRECTOR enviada por: Juan Manuel Soto Díaz, de Rota
Hoy me he desayunado con la noticia de que un niño de Paterna ha sido atacado por tres American Stanford, propiedad de su abuela, y que conocía desde cachorros. Esto me ha hecho reflexionar sobre la peligrosidad de estos animales y lo poco que parecen estar controlados.
Vivo en Rota, donde todas las tardes doy, si puedo, un paseo por su fantástico camino de tablas junto a la línea costera. No hay una sola tarde que no tenga que pasar un mal rato porque me cruce con perros peligrosos sin control de sus dueños. El bozal parece ser algo que sólo existe en los cuentos, y a veces, hasta van sueltos. Y si se les dice algo a los dueños sobre el miedo que provocan, la respuesta es siempre la misma: “no te preocupes, si no hacen nada”. Sí, nada, como los de Paterna, que por atacar, atacan hasta la mano que les da de comer, y por supuesto que no respetan a los niños.
El Real Decreto 287/2002, que desarrolla la Ley 50/1999, regula los requisitos de seguridad exigibles para la tenencia de perros peligrosos y detalla qué perros son peligrosos: Pitbull, Bull terrier, American Stanford, Rottweiler… Todos estos perros deben ir siempre que estén en espacio público con bozal y una correa no extensible de menos de dos metros de longitud. Nunca he visto en Rota a ninguno de estos perros con bozal, y eso que una ley estatal faculta a la policía a exigir todo lo que la Ley establece.
Dios quiera que no pase nada, pero si pasara, obviamente el dueño del perro es responsable directo, pero la policía local es responsable por dejación de su obligación, así como el Ayuntamiento, por no exigir de sus cuerpos de seguridad que hagan cumplir la Ley. Espero que esta actitud cambie por completo y se haga respetar la Ley en Rota y todos podamos convivir tranquilamente, más ahora que se acercarán miles de veraneantes. DIARIO Bahía de Cádiz
Estimado Manuel,
El Real Decreto al que se refiere no habla de perros peligrosos, no creo que encuentre ninguna ley que catalogue una sola raza de perro como peligrosa, si no como «potencialmente» peligrosa, la diferencia a mi entender es notable. Al ser humano que ha cometido un delito se le considera peligroso, mientras que toda la condición humana, en mi opinión, podría catalogarse de potencialmente peligrosa, desde niños a ancianos, si a las noticias nos remitimos.
Lo mismo ocurre con los perros, la gran mayoría de canes pertenecientes al colectivo que a usted y tanta gente preocupan, no ha tenido nunca un incidente que justifique la categoría a la que pertenecen. Por lo tanto, ¿deben de ser tratados con esa psicosis? En mi caso particular, le comento que paseando con mi perro por la ciudad, tal y como usted indica que debe de hacerse, observo a diario miradas despectivas, gente que cambia de acera, o que rodea los coches estacionados, para no pasar a nuestro lado, incluso, los más atrevidos se atreven a soltar algún tipo de comentario a nuestro paso.
Señor Manuel, sepa usted que estos animales, como todos los demás, tienen derechos por ley, y uno de ellos es el de poder disfrutar de un momento al día de esparcimiento libres de ataduras. Desconozco si en Rota hay espacios públicos habilitados para este fin, espacios que por ley, debe de disponer, señalizar y mantener la Administración Pública correspondiente. Sepa usted que en mi ciudad no dispongo de ellos, y por ello, suelo coger un coche para ir a lugares apartados, y cuando aún así, nos cruzamos con alguien, y ese alguien vocifera que ate al perro sin más argumento que el de ver un perro grande y negro que no se puede hacer invisible, mi primer pensamiento no es precisamente el de hacerle el favor.
Ya como despedida, una pregunta, si durante su discurrir se cruza con un algún perro tipo Pastor Alemán, un Gran Danés o mismamente un Doberman, no señalados en la lista, se mostraría igual de preocupado? Sabría reconocer las 8 razas de la lista, por ejemplo, un Akita Inu? O directamente su preocupación se centra en los Pitbulls y American Staffodshire?
Señor Manuel, respeto su derecho a disfrutar de paseos tranquilos sin sobresaltos, pero por una vez, intente ponerse en el lugar del dueño del perro.
Un Saludo.
Estimado Alex
Mi libertad termina donde empiezan la de los demás. Si Vd. piensa que su perro tiene más o el mismo derecho que yo a disfrutar de un espacio público, lamento comunicarle que la ley no lo ve así, como no puede ser de otro modo. La verdad es que yo tampoco lo veo así, y creo que yo, y cualquier otra persona, tenemos más derecho a disfrutar de los espacios públicos que ningún perro.
Los perros clasificados como potencialmente peligrosos, y que conozco, porque soy un amante de los animales, (sí, hasta los Akita Inu de los japoneses, uno de los cuales hizo un película con Richard Gere), son perros conseguidos a través de cruces en los que se fomenta su agresividad y su obediencia sólo al dueño, y no al resto de las personas. En eso y en la probabilidad de generar un daño importante si atacan, reside esa clasificación. Cuidé de un Labrador al que mi hijo le arrancaba las pestañas y jamás hizo nada por mostrar la más mínima agresividad. Murió atacada por un perro que se aprovechó de su bondad natural.
Quizá no ha leído el Decreto que desarrolla la Ley, pero no habla sólo de razas, sino de características morfológicas, y es posible que haya más razas que tengan que ir atadas y con bozal. No es que me preocupen sólo los pitbull y los stafford; es que son el 95% de los perros sueltos y sin bozal que me encuentro, y el espacio que da una carta es limitado.
Por supuesto que los perros tienen derechos, pero creo que no están por encima de los de las personas, estando limitados por la ley y decreto nombrados en mi carta. Por cierto, que estas no restringen los derechos de los perros, sino que marcan las obligaciones de los dueños.
Por cierto, tengo perro, y lo llevo siempre atado por respeto hacia los demás. No le pongo bozal porque es un Yorkshire y no da ni de lejos con los requisitos de la ley para ello. Quizá de lo que estamos hablando no es de perros, sino de respeto al prójimo, cosa que, desgraciadamente, muchos dueños de perro no parecen entender.
Para terminar, recordarle que los espacios públicos se denominan así porque son para el pueblo, o sea, para las personas, y si no nos respetamos entre nosotros, no creo que seamos capaces de infundirle a un perro ese mismo respeto.
Juan Manuel Soto