CARTA AL DIRECTOR enviada por: Pedro Miguel Ortega Mateos, de Chiclana
Los ciudadanos queremos que nos vean como una generación abierta y progresista, pero a veces no sé qué pensar sobre el concepto que tenemos de progreso y evolución, sobre todo cuando salimos a la calle.
Hoy en día, en los albores del siglo XXI se nos han olvidado algunas normas básicas como las que a continuación comento:
No tirar la basura en espacios públicos, siempre hay una papelera si se busca.
Recoger los residuos que dejamos en la playa, paseos y botellones (no nos olvidemos que al día siguiente hay niños que juegan en la calle y en el parque y estos son propensos a cortarse con cristales).
No tirar las colillas de los cigarrillos o chicles al suelo. Recuerda que la calle no es un cenicero enorme.
Al pasear al perro, siempre recoger sus desechos. La calle es para caminar, no para saltar obstáculos y la gente no tiene por que aguantar esto.
Si vamos en el transporte público, no hablar muy alto. No será un viaje gratificante si todos los pasajeros vociferan.
No escupir en la calle. Esto da mucho asco, imaginemos que lo hacemos en el suelo de nuestra casa. Veréis como no esta bien.
Respetar los pasos de peatones, sobre todo a niños y ancianos.
No hacer grafitis en los portales y paredes, ya que se ensucia la estética de las ciudades.
Respetar los estatutos de los vecinos, sobre todo no hacer ruido un sábado o un domingo a partir de las doce de la noche.
No orinar en los espacios públicos. Es de muy mal gusto.
Y así puedo continuar con un largo etc., a medida que avanza la tecnología me parece que se deteriora el comportamiento social.
Hay que pensar en los demás, las cosas están para disfrutarlas y mantenerlas, así otras generaciones podrán hacer lo mismo. La limpieza y el cuidado no solo depende de los trabajadores que están contratados, sino de todos, por algo se dice que no es más limpio el que mas limpia, sino el que menos ensucia.
En resumen, las normas urbanas que nunca hay que olvidar son las que no incomoden a mi vecino, en lo que nunca hago en mi casa y por tanto no haré fuera de ella. DIARIO Bahía de Cádiz