CARTA AL DIRECTOR enviada por: Antonio Cornejo de Haro, de San Fernando
Mi abuela nació en La Isla. Su padre labraba en el Cerro unas tierras que no eran suyas. Se casó joven y crió a sus hijos en Gallineras, entre su casa y el Cerro.
No sabía leer. Aprendió de mayor, gracias a su grupo de amigas, la gente que se reunía con las monjas en la Parroquia. Pero leía lo que no estaba escrito.
En estos días primeros de otoño, cuando llegaba el día de Cerro, subíamos todos a la ermita; a la que fue su casa. Ella nos preparaba una bolsa con castañas, nueces, piñones, una naranja y un bocadillo. Caminábamos por la barriada, sin acera, por carriles de arena, hasta la ermita. Nos reuníamos, comíamos, nos manchábamos… disfrutábamos.
Hoy la ermita se cae. Apuntalada, aguanta el desinterés de sus dueños, el desinterés de su pueblo, que piensan que La Isla se acaba en el Carmen. ¿Tiene que pedir el Padre Adolfo (otra vez, como con Camposoto) que San Fernando mire por su patrimonio? ¿No hay nadie que se tome en serio recuperar la ermita?
De ahí no salen Cristos sufrientes, ni Marías Coronadas. Nadie se acuerda de Gallineras en las Magnas ni en los pregones. Pero allí, en aquella casita, vivió Paca. Mi abuela nació en La Isla. DIARIO Bahía de Cádiz