CARTA AL DIRECTOR enviada por: Horacio Torvisco, de Alcobendas
Aún están frescas en nuestra retina las imágenes desgarradoras de Carolina Marín cuando tuvo que abandonar su último partido de bádminton en la Olimpiada, porque su rodilla se había roto. Ha habido una especie de consenso espontáneo entre el periodismo deportivo en achacar este accidente a la “mala suerte”. La suerte o el azar son conceptos difusos que explican poco y mal las causas de un suceso.
Achacar esta lesión a la “mala suerte” es un error que no ayuda a que esta no vuelva a repetirse. En el caso de Carolina es la tercera “mala suerte” de lesiones graves en sus rodillas. Cada vez hay más expertos deportivos y deportistas profesionales que sostienen que el deporte de élite ni es bueno ni es sano para los deportistas.
La pregunta que cabría hacerse sería: ¿por qué hay que forzar tanto los cuerpos y la salud de los deportistas, qué se pretende con ello, quién gana y quién pierde con todo esto? DIARIO Bahía de Cádiz