CARTA AL DIRECTOR enviada por: Juan Cejudo, de Cádiz
En los barrios de Cádiz se dan (en algunos más que en otros) todos los graves problemas sociales que venimos padeciendo en España, en Andalucía y en Cádiz: paro, problemas de vivienda en sus numerosas manifestaciones: desahucios, no poder pagar la hipoteca o el alquiler, no poder pagar el recibo de la luz y el agua, cortes de estos suministros básicos y otros problemas sociales: niños y mayores que no pueden comer ni desayunar en sus casas y tienen que recurrir a ONGs o colectivos humanitarios que les ayudan, falta de aparcamientos porque los que hay son muy caros y no se pueden pagar, falta de residencias para los mayores de carácter público, problemas para las personas con dependencia o los nuevos problemas tenidos por la contaminación del agua etc.
Ante esta situación, las asociaciones de vecinos no pueden jugar el papel de dedicarse sólo a aspectos festivos, lúdicos o deportivos (que también son necesarios). Deben jugar un papel fundamentalmente reivindicativo ante los gravísimos problemas de tipo social que se viven en sus barrios.
En la década de los 70 y 80, las AAVV jugaron perfectamente ese papel reivindicativo, exigiendo al Ayuntamiento solución a sus graves carencias. Ahí están los logros en la urbanización del barrio de Loreto que no tenía de nada y que lo consiguió todo a base de movilizaciones en la calle y de lucha vecinal.
Eran los directivos los que iban portando las pancartas y los carteles, al frente de todo el barrio. Igual que en Loreto, Trille (que consiguió sus nuevas viviendas) o Cerro del Moro las suyas, con unas movilizaciones muy contundentes y sabiendo unir a sus vecinos. Igual que Guillén Moreno, un barrio muy luchador, Puntales La Laguna, barriada de la Paz y otros barrios de Cádiz.
Hoy tenemos otros problemas sociales, distintos, pero no menos importantes y urgentes que requieren movilizaciones para exigir respuesta a las administraciones (local y autonómica, pero fundamentalmente local). Y deben ser los directivos los que deben ponerse al frente de sus vecinos con ese espíritu reivindicativo. Mirando sólo por el bien de sus vecinos, no mirando a quedar bien con el concejal de turno o la alcaldesa. No. Sólo con su barrio.
En los 70-80, se hacían numerosas asambleas vecinales para decidir sobre muchos de los asuntos del barrio. Eran los directivos los que llevábamos las propuestas de movilización a la asamblea, pero era la asamblea de vecinos la que siempre decidía. Así, en mi barrio, el nombre del Colegio se decidió en Asamblea. Recuerdo por cierto, que hubo varias propuestas: la Junta Directiva propuso el nombre de Fermín Salvochea, pero en la asamblea se propusieron otros nombres como el del alcalde Carlos Díaz o Mágico González. Y salió por inmensa mayoría aprobado el nombre de Fermín Salvochea para el colegio.
También en Asamblea se decidió hacer el busto de Fermín Salvochea y costearlo por suscripción popular, aunque la iniciativa y las propuestas siempre partían de la Junta Directiva. Igual que los cortes de tráfico o la gran manifestación para reivindicar el Colegio, ambulatorio, el fin de las inundaciones con un nuevo alcantarillado y otros servicios esenciales. Los directivos, portaban la pancarta en primera fila. Detrás todo el barrio.
Yo deseo que las AAVV vayan renovándose con personas que sepan liderar las reivindicaciones de sus barrios ante estos nuevos problemas sociales que hoy en gran parte, son peores que entonces. Por ejemplo el paro que en los años 70 con cerca de 150.000 habitantes en Cádiz eran 12.000 parados y hoy son más de 17.000 con poco más de 121.000 habitantes. Es decir: 5.000 parados más con 30.000 habitantes menos… Igual, el problema de la vivienda y los desahucios que en aquellos años apenas existían. O el problema de la dependencia o la atención a los mayores o el acudir a los comedores sociales…
Un gran espíritu reivindicativo hace falta en los nuevos equipos que vayan entrando en las AAVV y que fomenten mucho las asambleas con su vecinos y no pretendan hacerlo todo entre cuatro o cinco, en plan «comité ejecutivo», sin saber lo que quieren sus vecinos.
En Cádiz no podemos conformarnos sólo ni prioritariamente con la afición al carnaval, el fútbol o la Semana Santa cuando hay tantísimos problemas sociales a los que hacer frente. Ya está bien de «pan y circo» que decían los romanos. Hay que movilizar a los barrios para exigir solución a quienes tienen que darla: los políticos, sobre todo aquellos que están están al frente de las distintas áreas del gobierno del Ayuntamiento y a la alcaldesa, ahora, o futuro alcalde o alcaldesa después de mayo.
AAVV independientes de cualquier partido político, sólo luchando por el bien de sus vecinos. ¡Ojalá! Lo necesitamos. DIARIO Bahía de Cádiz