CARTA AL DIRECTOR enviada por: Juan Antonio Sánchez Campos
No se le revuelven las tripas a quienes manifiestan tener la solución al problema de la crisis económica que asola nuestro país y el resto del continente en el cual estamos inmersos y solo hacen los deberes cuando se acerca la fecha en la cual van a pasar una nueva prueba ante la ciudadanía, sabedores de que con la cara lavada y una buena presencia creen asegurado el porvenir de su bolsillo durante otros cuatro años de legislatura.
Esta situación en la que nos encontramos, nos deja muestras evidentes de una falta de cortesía, honradez y ética de nuestros responsables políticos, más preocupados en salvar el falso pellejo de servir a la sociedad, que de ganarse el favor de su mandato desde el primer día de su elección en las urnas.
Es como le gusta al Presidente Rajoy decir “patético” ver como a pocas horas de que el reloj de aviso para el cese de actividades con carácter destinado a servir de protagonismo a su partido y por tanto al Gobierno que tan plasmáticamente representa, D. Mariano se dedique a recorrer media España con el único fin de cortar cintas, aparecer en fotografías y saludar de manera solapada a quienes esperan a tan esplendido personaje.
La tristeza de inaugurar un hospital utilizando para dar boato a la situación, una camilla en la caseta de obra y unas batas blancas e inmaculadas al lado de los representantes públicos no es nada nuevo, ya se ha hecho con anterioridad en más de una comunidad –en la de Madrid en varias ocasiones- y estando la a anterior Presidenta, la Sra. Aguirre al mando de la nave ya se lució sobremanera con la primera piedra del Metro en la localidad de Torrejón de Ardoz, cuyas obras fueron un fiasco a los habitantes del municipio tras sufrir el acoso de las obras.
No es nada digno de sacar como logros de esté Gobierno en tan sólo unas horas lo que según parece han tardado en conseguir durante toda una legislatura de recortes, ajustes, maniobras de defensa propia para poner a salvo sus intereses y ahora venir con el pecho henchido de satisfacción animando al elector a poner en la urna la papeleta con su nombre.
Un poco de seriedad les pediría yo a todos estos individuos que manejan los hilos de la sociedad según venga el aire de un lado u otro; es decir, la ideología por delante de los intereses de la ciudadanía y las creencias religiosas por encima de cualquier forma laica que se les presente y venga a deformar su carácter conservador de alto rango en los centros escolares.
Lo que no ha tenido tiempo de inaugurar el Sr. Rajoy antes de que el gong sonase fue una nueva lista de peticiones urgentes que la sociedad española tuvo a bien presentarle y sin embargo, él guardo en el cajón del olvido a más ver. Es obvio que ahora, ante el umbral de las decisiones que el pueblo debe tomar en menos de dos meses, no será capaz de rescatar del escondite en el que tenía precintado el programa que le dio el poder y nos devuelva a un conocido discurso en el cual o el gobierno de los populares gana o el país se nos va al garete.
Como profeta en Moncloa, el Sr Rajoy y sus compinches del Gobierno pretenderán sacar a relucir los trapos sucios de todos los que se presten a ponerle el más mínimo obstáculo para molestar su tránsito hacía unos intereses más que reseñables hasta ahora,
De lo que si podemos estar contentos es de que, al ritmo que ha ido toda la tramitación hasta llegar a los comicios electorales, numerosos municipios y ciudades de nuestra geografía se han visto afortunadas por el despliegue de obras en sus calles, edificios y plazas, incluso más de una nueva edificación coligada a servir de amparo para algún propósito oculto o tan sólo, una nueva imagen predestinada a ser evocada por algunos como el buen hacer de nuestros políticos. Es decir, no nos vendría nada mal unas elecciones cada dos años y de esta manera tener aseguradas nuevas infraestructuras en el entorno del cual somos residentes.
Pero esto no va a poder resultar nunca previsible de ser llevado a cabo pues la prueba está en que muchos de los edificios e infraestructuras que ahora se permiten inaugurar pasadas las elecciones y sacados o no los propósitos debidos, muchas de estas obras quedarán reducidas al olvido, mal gestionadas o simplemente, manidas por el oportunista de turno.
¿Qué es un teatro sin actores, un salón de actos sin ideas que atraigan al asistente o una plaza de toros que de vez en cuando, sirve para la actividad por la que fue construida? ¿Por qué existen plazas en municipios de nuestro país con el único afán de servir como espejo al partido que lidera con unas gaviotas o un clavel rojo en la mano? Desde luego, la cultura está por caer en saco roto si atendemos la gran desfachatez de quienes se muestran sumamente narcisistas con sus ideologías y no se les pasa por la cabeza la gran capacidad que tiene nuestra historia para servirnos en bandeja cualquier otra muestra de exposición que no sea la políticamente correcta.
Los españoles –algunos- nos estamos cansando del gran número de despropósitos salidos de las formaciones políticas que abundan en nuestro país y que sin embargo, sufren el liderazgo común de los mismos personajes con distinto color en sus camisas.
A estas alturas del soliloquio al que nos tienen acostumbrados los líderes de nuestra política, sin otra obsesión que la de mantener su status por encima de todas las cosas, los ciudadanos ven la necesidad imperante de que salga alguien a dar la cara y decirle a los demás que por encima de todo, está la sociedad que les nombra y no la que ellos no nombran para no molestarse en sacarla del sumidero en el que la tienen inmersa desde hace años.
Ya huele demasiado a podrido en las formaciones políticas, ya el aire enrarecido de sus malas artes se confunde con la insensatez promulgada por sus objetores –y viceversa-, ya la fetidez llega hasta casi la barandilla de los hogares españoles y sin embargo, los programas siguen sonando de manera diferente según sus hacedores. DIARIO Bahía de Cádiz