CARTA AL DIRECTOR enviada por: Ramón Rodríguez Casaubón
¿Qué es Muface? Depende a quien se pregunte nos dará una respuesta u otra, y muchas de las dadas vendrán cargadas de un sesgo ideológico, lo que demuestra que es una cuestión cultural, de guerra cultural, más que pragmática. En lo referido a este último punto se debe indicar que no debemos obviar que es, indudablemente, un modelo de negocio para las aseguradoras que prestan sus servicios ¡Uno más de los muchos que existen! Podemos mirar a otros organismos públicos, asociaciones concretas, fundaciones determinadas, etc..
Pero retomemos la cuestión inicial: ¿Qué es Muface? La Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado. Organismo público encargado de prestar asistencia sanitaria y social al colectivo de funcionarios adscritos. Creado por la Ley 29/1975, de 27 de junio, sobre Seguridad Social de los Funcionarios Civiles del Estado, con la finalidad de gestionar el sistema de Mutualismo Administrativo de los funcionarios civiles del Estado.
Hasta ahora los trabajadores cubiertos por Muface cada año podían elegir quién les va a dar asistencia sanitaria: si una de las aseguradoras privadas del concierto o la sanidad pública. El 72% escogió la sanidad concertada frente al 28% que optó por la sanidad pública.
La primera licitación de Muface quedó desierta al no aceptar las aseguradoras médicas la oferta del Gobierno, la más generosa de la historia. Eso sí, si seguirían con parte de Muface en concreto con Isfas (Fuerzas Armadas y Guardia Civil) y Mugeju, (jueces, fiscales y otros empleados de la Administración de Justicia).
¿Y los docentes? ¡No, los docentes no! Se ve que este gremio no tiene demasiada fuerza para reivindicar sus derechos de forma contundente o al menos eso se piensa. Porque quiero aquí enlazar con la guerra cultural y con la “holopolítica” en la que nos encontramos inmersos.
Por un lado tenemos a las aseguradoras que de manera cainita vienen a por más dinero (en la memoria de 2023 de la mutualidad, dependiente del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, se realiza una comparativa con 2019 comprobándose que las compañías rebajaron el gasto en prestación de servicios sanitarios y farmacéuticos pese a que el colectivo de funcionarios que optan por la sanidad privada está cada vez más envejecido), por otro al Ministerio de Sanidad y su ministra, Mónica García, preocupadísima por conseguir otra silla, ahora en la OMS –cosa que ya ha logrado-y en convertirse en adalid de la lucha de clases cerrando Muface pero eso sí, parcialmente unos sí y otros no (típico ejemplo del compromiso de esta señora y de una parte de la llamada izquierda con la igualdad) y por último tenemos al Ministerio de Transformación Digital y Función Pública que plantea cambios drásticos en el modelo actual, comenzando porque los funcionarios sólo puedan elegir una vez qué tipo de asistencia sanitaria quieren recibir: sanidad pública o Muface.
Resumiendo tenemos al capitalismo –aseguradoras- queriendo más dinero ofreciendo menos prestaciones, a Sumar teatralizando y su Ministerio de Sanidad acusando a las aseguradoras privadas de derivar de forma evidente apacientes económicamente no rentables para ellas al sistema público, y al PSOE aprovechando las circunstancias para hacer lo que siempre deseó. Mientras esto sucede cerca de un millón de funcionarios, la mayoría docentes, quedan a la espera de que se resuelva esta nueva opereta política que de lo que menos se preocupa es de la calidad asistencial sanitaria de profesores y sus familias.
¿Qué ocurrirá finalmente? El PSOE no puede permitirse ponerse en contra a más de un millón de funcionarios, son demasiados votos. El de ellos y sus familias, las mismas que reciben las prestaciones de Muface. Así que va a lanzar una licitación exprés, con una sensible mejora económica para las aseguradoras y obligará a los funcionarios a elegir de forma definitiva entre sanidad privada y pública, al menos es lo que yo creo ocurrirá. Tiene tiempo, poco pero tiene, ya que la ley de Contratos Públicos, contempla la posibilidad de prórroga forzosa en casos de servicios esenciales. Esta ampliación podría durar nueve meses.
Soul Etspes: “No todo se debe convertir en guerra cultural y quien lo hace se define perfectamente, lo normal es que sea un arribista resentido”.
[“Holopolítica”: tratar la política como un todo siendo conscientes de que lo envuelve todo llevando cualquier cuestión al terreno de la guerra cultural] DIARIO Bahía de Cádiz