CARTA AL DIRECTOR enviada por: Encarnación Martínez Galindo, de Málaga
El psicólogo Gerd Thomas Waldhauser de la Universidad de Lund en Suecia llevó una investigación en la que descubrieron que la memoria selectiva realmente existe y que podemos entrenar a nuestra mente para olvidar sucesos difíciles.
La investigación certifica que cuanto más tiempo intentemos olvidar un recuerdo más difícil será recuperarlo.
No sé si ese intento por olvidar ocasiones desfavorables, perjudiciales o dañinas se producirá consciente o inconscientemente ya que, a veces, es la misma mente la que, por innata supervivencia hace que no se recuerden diferentes eventos o estos aparezcan difuminados. Sin embargo ciertos acontecimientos perjudiciales o dañinos ocurridos a la humanidad no se han olvidado, ni nos interesa que se difuminen, porque como alguien dijo: “Quien olvida su historia está condenado a repetirla”. De la misma manera a nivel personal, como ser único y original aprendemos también a no olvidar lo que puede traumatizar porque en ello está nuestra defensa.
Y puestos a hablar de defensa: ¿quién puede asegurar que todos los momentos agradables y que ayudan a mantenerse erguido son recordados? Se recuerdan piadosas sonrisas, humildes semblantes, calurosas palabras de aliento, incondicionados apoyos que dan serenidad y paz. Pero faltan. No se recuerda todo lo bello que, desinteresadamente, hubo quien te mostró; ni se recuerdan los instantes en que lejanos familiares te indicaron, con el dedo índice certero, el camino más iluminado; ni se guardan en la mente, con seguridad, incontables factores oídos, vistos o leídos, sugeridos por amantes de la educación, que supusieron para la vida de todos, el descubrimiento de la lógica y la verdad. ¿Será que al intentar olvidar lo que estresa y destruye, se olvida también lo que libera? ¿Y la historia, olvida o recuerda la desolación, recuerda u olvida la prosperidad?
Es la misma mente la que olvida lo que estorba, pero estorba lo que no debe caer en el olvido. DIARIO Bahía de Cádiz