CARTA AL DIRECTOR enviada por: Encarnación Martínez Galindo, de Málaga
Empresas, a veces extranjeras, compran terrenos ideales para construir chalets o pisos de lujo con todo tipo de zonas de esparcimiento a sus alrededores. Algunas de estas superviviendas son tan idílicas que carecen de lavadero (se ve que ya hay quien no suda ni se mancha); carecen de terraza o pequeño jardín (no hay que tender la ropa) ni tampoco poseen bidet (ya hay, además, quien se asemeja a los extraterrestres y no necesita lavarse el culo).
¿El precio? Basta con echar un vistazo a los portales inmobiliarios y, como en ellos mismos se dice, comparar precios. Sí, se comparan precios. Claro que nuestro cerebro sabe comparar. La comparación está en la base del aprendizaje. Y en vista del alto e inalcanzable coste de estos inmuebles, comparado con el de hace poco menos de diez años, hay quien ha aprendido a vivir en espacios más reducidos para procurar ser feliz también en esta nueva Navidad.
Feliz Nochebuena gente de bien y que los Magos de Oriente nos concedan a todos parte de su mágica, pero muy humana, mirra medicinal. DIARIO Bahía de Cádiz