CARTA AL DIRECTOR enviada por: Antonio Cornejo de Haro
No me ven. Y mira que lo intento. Pero no me ven. Camino, exploro el mundo, mi mundo, pero la gente sigue sus vidas, lejos de la mía. Soy invisible por profilaxis social.
A veces los niños sí me ven: me miran, me preguntan, con una sonrisa inocente en los labios; pero aparece rápido el tirón protector del brazo de mamá o papá. Y así, tirón a tirón, se va construyendo otra generación ciega.
Otras personas también me miran y me ven. Me dicen que cambiando, dejando que las palabras y las pastillas me saquen de la sombra, la gente me verá; y yo los veré. Son gente buena, con corazón, pero ya son muchos años invisible. Yo creo que es tarde para mí.
Y mientras, yo sigo a lo mío: llamando la atención. Si es necesario grito, escojo mi ropa más extravagante. No me afeito ni me corto el pelo. Vivo en la calle, duermo en la calle, como en la calle. Porque allí, en la calle, siempre existe la posibilidad de encontrar alguien que un día me vea… pero, de momento, nada, para casi todos, sigo invisible… y ya todo da igual.
Estoy aquí. Vivo contigo. Soy parte de tu paisaje urbano, como la farola, como el banco. Pero no me ves. Por favor, ¡mírame! DIARIO Bahía de Cádiz