CARTA AL DIRECTOR enviada por: Nuria Riego Reyes, de Cádiz
Te fuiste silenciosamente, con una sonrisa, una sonrisa dulce y agradable. Durante tu enfermedad jamás escuché un lamento, no llorabas en público para que no sufriéramos, y a todos que estábamos a tu alrededor en tus peores días nos tratabas con amor, dulzura y paciencia y siempre en los momentos más amargos y desconsoladores tu sacabas fuerza y siempre la parte positiva nos hacías reír con tus gracias y con tus chistes. Que buena enferma fuiste y que injusta fue la vida contigo, eras muy joven para tu partida y tenías toda una vida por delante, pero ahora comprendo que una estrella tan especial como tú faltaba en el firmamento.
Fuiste mi cuñada, mi amiga, mi confidente pero ante todo una hermana para mí. Has dejado un gran vacío en mi corazón, siempre te tendré en mis pensamientos y ojala cualquier ser humano tenga la suerte que tú tuviste a la hora de partir cuántas personas se acercaron a darte el últimos adiós parecía que había partido una celebrity, hasta para ese momento tuviste arte y glamour.
Conociéndote como te conozco desde el cielo te reirás de nosotros y pensarás porque lloran todos por mi partida si yo estoy bien estoy en el sitio al que pertenezco en el paraíso con los ángeles, y desde aquí velaré por todos ellos.
Pili te añoraré, lloraré reiré pero quiero que sepas que dentro de mi ser tengo pena pero a la vez estoy feliz porque te marchaste feliz rodeada de todos los que te queríamos. Me acordaré de tus anécdotas, de la luz que desprendían tus ojos de esa cara dulce y esa risueña sonrisa y ante todo de lo buena madre, esposa, hija, nuera, hermana y cuñada que fuiste.
Comadre jamás te olvidaré y siempre te llevaré en lo más profundo de mi corazón. Hasta siempre hermana. DIARIO Bahía de Cádiz