CARTA AL DIRECTOR enviada por: Javier Villarmín Garrido, vicepresidente del Banco de Alimentos de Cádiz
Hemos despedimos a Mateo Sánchez, pues Dios le llamó para darle el premio que tenía tan merecido. En el Banco de Alimentos queda un recuerdo imborrable. Le ha dedicado los últimos quince años de su vida y se lleva un trozo del corazón de muchos: de los que hemos compartido con él los trabajos, fatigas e ilusiones, de tantos que se han beneficiado directa o indirectamente de su infatigable trabajo al servicio de los demás.
Mateo no necesita presentación porque es conocido por muchos y ha llegado a ser “gaditano del año”, pero su marcha al cielo puede ayudarnos a recordarle y ese recuerdo puede ayudarnos a ser mejores.
Hace un año le diagnosticaron un cáncer, los médicos le dijeron a Rosi –su mujer- que le quedaba un año de vida, y ha ocurrido tal como le dijeron. En los últimos meses se ha ido apagando y -como es natural- cada vez podía salir menos de casa; sin embargo, quienes íbamos a visitarle nos encontrábamos siempre con una acogida amable y con una conversación amena, divertida y casi interminable.
Le gustaba mucho conversar y hasta la última semana, cuando casi no tenía fuerzas para nada, se animaba cuando recibía una visita y participaba como podía en la conversación.
Mateo siempre ha sido acogedor y cariñoso, y lo ha sido hasta el final. Le movía su profunda fe católica y la espiritualidad que aprendió de San Josemaría Escrivá, y pienso que vivió su fe y la puso por obra de modo ejemplar en su dedicación al Banco de Alimentos; dedicación tan conocida que apenas necesita comentarios.
Espero que desde allá arriba Mateo esté leyendo estas letras y estoy seguro que sonríe, nos mira con cariño y nos ayuda cuando queremos seguir su ejemplo.
Gracias Mateo, nos dejas un recuerdo maravilloso. DIARIO Bahía de Cádiz
(puedes comentar esta información más abajo)