CARTA AL DIRECTOR enviada por: Martín Martínez Martínez, de Barcelona
Hace unos días fui a la Inspección Técnica de Seres Humanos, ITSH. El médico miró lo que tenía que mirar, y me dijo: “más agua y menos alcohol”. Cuando vio que no me alarmaba, añadió: “con el agua, puedes pasarte. Con el alcohol, debes llegar. ¡Llegar o acercarte al cero!”. El segundo añadido no me gustó. Bueno, parece que mi sangre ha de estar más fluida.
Después de este aviso, y del cambio consiguiente, he pesando bastante en la fluidez, en el alcohol y en el agua. He pensado y he leído. ¡Y he reflexionado! Si el tráfico en la ciudad no es fluido, se forman tapones, o atascos. Si tu sangre no es fluida, se pueden producir, tapones o coágulos. ¡Mejor evitarlos! Si careces de fluidez verbal, en las reuniones, intervendrás pocas veces. ¡Eso no es grave! El alcohol, sin comentarios.
El agua. ¡Esto es otra cosa! Es fundamental. Igual que los edificios necesitan fundamentos o cimientos, nosotros necesitamos agua para que todo fluya. Y demás, quien no ha desinflamado un chichón con compresa de agua fría, o aliviado los problemas de garganta haciendo gárgaras con agua y sal, o reducido la congestión nasal inhalando vapores. DIARIO Bahía de Cádiz