CARTA AL DIRECTOR enviada por: Daniel, de Chiclana
Queremos denunciar los hechos acaecidos entre los días 24 y 26 de enero que han llevado al fallecimiento de mi hermano. De tan solo 50 años, recién cumplidos, se trasladó al hospital de Puerto Real el día 24 en torno a las 6 de la tarde, ya que mientras estaba en su puesto de trabajo, se quejaba de fuerte dolor de cabeza, hormigueos por la pierna y brazo izquierdos y tensión alta. Una vez allí, lo meten por la supuesta unidad de críticos de urgencias, le intentan estabilizar la tensión arterial y le hacen un TAC. Los resultados de la imagen fueron que tenía un ictus pero que no era actual, sino que era de fechas mucho más antiguo, por lo que para seguir haciéndole pruebas tenían que ingresarlo.
Una vez le dan toda esta información, le ponen todas la pegas del mundo para el ingreso, es decir, le dicen que no hay camas, que no se sabe cuándo le podrán hacer la resonancia magnética que es necesaria… por lo que le proponen irse a casa con un papel para que pueda pedir cita para la RM. Le preguntan si se encuentra mejor, y al haberle estabilizado la tensión y encontrándose mejor, pues mi hermano decide marcharse para casa, con la condición de que si vuelve a encontrase peor volviera de nuevo a urgencias.
Efectivamente, durante de madrugada del 24 al 25 de enero vuelve a encontrase desorientado, tensión alta, pérdida de fuerza en la extremidades izquierdas… por lo que en torno a las 8.30 de la mañana llega nuevamente a urgencias de hospital.
Una vez allí le hacen un nuevo TAC pero en este caso de la zona del cuello y no le dan los resultados hasta al menos las 14.30 de la tarde, donde le dicen que tiene obstrucción de una de la venas carótidas, que ni más ni menos, son las arterias principales que dan riego sanguíneo al cerebro, es decir, el caso, ahora que uno lee, estudia, pregunta, y ve las consecuencias, considera que es de extremada gravedad, pero hasta ese momento, aquí la persona que escribe y en este caso, mi hermano que lo ha sufrido, no somos médicos.
Por tanto desde la 14.30 hasta las 19.40 de la tarde no le asignan una cama, más concretamente la 121, por lo que desde las entrada en el hospital a las 8.30 de la mañana hasta las 19.40 el paciente ha estado en los butacones de observación.
Además, tras el diagnostico a mi hermano le han facilitado el almuerzo y la merienda, algo, que a posteriori nos hemos informado por parte de los médicos que es totalmente contraindicado cuando se están teniendo síntomas de ictus.
Una vez se dispone a cenar, ya en la habitación, en torno a las 21.30, le da un ictus muy fuerte, es decir, ya no puede mover nada la extremidades izquierda, tampoco casi articular palabra y se le sube muchísimo la tensión, por lo que personal de planta acuden lo estabilizan y llaman de forma inmediata a medicina interna.
En torno a las 22 horas deciden bajarlo para hacerle un nuevo TAC y los resultados de dicha imagen es que había sufrido un ictus muy potente, y que si no se hacía nada podía llegar a pasar lo que llegó a suceder, o la otra posibilidad, es operarlo de urgencias en Cádiz (en Puerto Real no hay neurólogos de guardia) mediante cateterismo para eliminar los bloqueos de la vena carótida y eliminar varios coágulos que ya se había formado en el cerebro. Ante la única posibilidad, decimos entre todos, que se le hiciera la operación, lógicamente sabiendo que las consecuencias que esto podía tener, por la información que nos habían traslado los médicos, de alguna hemorragia cerebral, pero no había otra posibilidad.
Les reclamamos a los médicos de la UCI porque se había llegado a este extremo sin haberle realizado algo antes, y nos respondían que se había realizado lo que se tenía que hacer, que se había pasado en muy pocos minutos a una situación extrema.
Llegamos al hospital Puerta del Mar de Cádiz en torno a las 01.30 de la madrugada y una vez en urgencias lo exploran y deciden hacerle nuevamente otro TAC. No obstante, tengo mis serias dudas de que le hicieran algo porque no llegó a tardar más de 2 minutos dentro de la sala de TAC, e inmediatamente el médico sale a hablar con nosotros y que si damos el consentimiento, no nos quedaba otra, más que todo saliera bien.
En torno a las 03.50 sale el médico de la intervención y nos comunica que todo había salido como tenía que salir, es decir, habían eliminado el bloqueo de la vena carótida y eliminado hasta tres coágulos superiores. Ahora había que esperar evolución en las próximas 24 horas, hasta volverle hacer otro TAC de control.
Aproximadamente a las 6.30 de la mañana lo suben a la planta a una habitación denominada unidad de Ictus donde podíamos estar un solo familiar e íbamos viendo como poco a poco iba perdiendo los niéveles de conciencia. A las 9 de la mañana se pasa el mismo médico de la intervención, lo explora y lo le gusta nada. Poco a poco sigue perdiendo niveles de conciencia, y se le decide adelantar el TAC de control a las 13 horas. A las 13.30 aproximadamente, entra en coma y nos comunican que ha tenido hemorragia. Desde el jueves hasta el viernes que ya certifican el hecho permanece en la UCI. Nos consultan la posibilidad de donación de todos los órganos y entre todos decimos que sí, ya que él estaba a favor.
Por todo esto, queremos denunciar públicamente la mala atención en detectar síntomas de ictus. DIARIO Bahía de Cádiz