CARTA AL DIRECTOR enviada por: Encarnación Martínez Galindo, de Málaga
¿Se acuerdan ustedes de cuando felicitábamos a las enfermeras por su heroica labor? Y no me estoy refiriendo a los múltiples agradecimientos dados durante y al final de la Segunda Guerra Mundial a las mismas por parte de los combatientes y recogidos en documentos y fotografías de distintos medios de la época. Me refiero a, solo, hace unos pocos años cuando salíamos a terrazas y balcones a aplaudir su incondicional valentía frente al Covid-19. Todos estábamos inmersos en dolor y miedo a la muerte. Ellas en mitad del horror, expuestas y salvando vidas.
La presencia de enfermeras da luz física y psicológica a los enfermos y nos hacen sanar doblemente.
Ahora parece que tengamos amnesia esporádica y no recordemos episodios del pasado de médicos y enfermeras que tanto bien hicieron por la humanidad. Ahora, nervios por estar solas en transfusiones de sangre; agobio en ambulancias y centros de salud; prisas en quirófanos… y llantos porque no han llamado a suficientes personas de las distintas bolsas de enfermería y posiblemente tendrán que marchar a otras tierras, a otros mares, a otros aires para ejercer su preciada vocación y seguir salvando vidas o… a esperar.
A esperar ¿qué? A esperar a que se vuelvan a acordar de ellas cuando una enfermedad grave e infecciosa nos vuelva a “pisar los talones”. ¡Ah! Y no nos pongamos enfermos que tampoco hay suficientes camas.
Un aplauso desde mi ventana y un beso para una foto. DIARIO Bahía de Cádiz