CARTA AL DIRECTOR enviada por: Juan Cejudo, de Cádiz
Las asambleas populares surgieron en España después de mayo de 2011 cuando las acampadas del 15M se disolvieron y los que participaron en ellas durante más de 1 mes, decidieron que el Movimiento siguiera vivo en las plazas de los pueblos, barrios y ciudades de España.
Sólo en Madrid y alrededores siguen funcionando cerca de un centenar y también en numerosas localidades de España.
Las asambleas nos han servido y nos sirven para mantener la unión entre una serie de personas interesadas por los asuntos sociales que les afectan. Nos sirven para mantener nuestro espíritu crítico, con total libertad frente al poder, sea el que sea.
Nos sirven para debatir y reflexionar sobre asuntos que nos preocupan como ciudadanos.
También para mantener nuestros ojos abiertos y despiertos ante los problemas que nos rodean, para comentarlos y ver si juntos podemos hacer algo. De hecho, numerosas iniciativas surgen de ellas fomentando valores muy importantes que en otros sitios se han perdido: autogestión, apoyo mutuo, igualdad entre sus miembros, sin líderes ni consignas ni banderas.
Las asambleas populares son muy importantes porque llevan a la acción transformadora. Se informa de acciones que realizan otros colectivos para procurar apoyarlos y sus miembros llevan a cabo importantes movilizaciones en acciones que ellos mismos deciden.
Frente al inmovilismo de una gran parte de la sociedad que no reacciona ni se moviliza ante los problemas que les afectan, en las asambleas se crea conciencia, se comparten inquietudes y se pasa a la acción de muchas formas y maneras.
Lo he dicho otras veces y lo seguiré diciendo: las asambleas populares si no existieran, habría que inventarlas. En cada barrio de cada ciudad, de cada pueblo, los ciudadanos deberían reunirse con cierta frecuencia para hacer lo que se hacía en la antigua Grecia: ejercer la democracia directa, pasando a la acción directa, sin intermediarios ni representantes. Demo- cracia= el poder del pueblo.
Estas asambleas son hoy fundamentales para ejercer un control al poder, sea municipal o de otro tipo porque actúan con toda libertad, sin miramientos políticos que todo lo condiciona.
Es muy importante construir una nueva sociedad de abajo arriba, con participación de los ciudadanos desde la base.
Si estas asambleas crecieran en número, tendrían una fuerza determinante ante los que ejercen el poder porque la movilización de centenares de personas de modo continuado es algo imparable. Y los políticos tendrían que darse cuenta de que no tienen que estar tanto pendientes de lo que hacen los demás partidos, o de lo que diga la prensa, sino que tendrían que ir actuando mirando lo que ese poder popular le está demandando.
Es decir, gobernarían con el pueblo, no sin el pueblo. DIARIO Bahía de Cádiz
(puedes comentar esta información más abajo)