CARTA AL DIRECTOR enviada por: Gonzalo De la Rosa Palacio, de Cádiz
Acabas de renacer, como haces diariamente, escuchas el sonido del exterior, abres los ojos, un nuevo día te espera, miras por la ventana, y ves los rayos del sol penetrando tus retinas, el brío de los pájaros en su cantar y el aire fresco que se respira por las mañanas. Te despojas de tus sábanas, y, tranquilamente, esperas sentado en la cama, a todo, y a nada.
Momentos como este, y muchos otros, son desestimados por muchos por culpa del ritmo al que acostumbramos, siempre tenemos algo que hacer, algún lugar a donde ir, alguna hora a la que estar… en definitiva, vivimos sin vivir, y aunque suene paradójico es una verdad innegable.
La decisión que debemos apostar ante este escenario, es la de cambiar la forma en la que interpretamos estas experiencias. Disfrutar de cada uno de los momentos que nos es otorgado cada día, cada hora, cada minuto; pues, ¿qué mejor regalo, que la vida misma? El mero hecho de estar vivos, nos debería bastar para ser felices, y, en el instante en el que tomamos consciencia de esto, la sensación que nos llega es inefable.
Hay que disfrutar estos momentos al máximo, pues lo queramos o no, nuestro tiempo es limitado, y más de lo que parece. Así, y solo así, podremos alcanzar el regocijo, exprimiendo todo lo posible y viviendo, pero no sin vivir, sino de verdad, VIVIENDO. DIARIO Bahía de Cádiz