CARTA AL DIRECTOR enviada por Horacio Torvisco, de Alcobendas
Estamos inmersos en un prolongado tiempo electoral, que como últimamente pasa con todos, distorsiona la política hasta límites insospechados, entrando, desde un punto de vista aristotélico en la antipolítica. Es decir, deja de ser algo consustancial al ser humano para formar parte del universo de las bestias o de los dioses, más del primero que del segundo. Un asunto que siempre surge y que pocas veces se discute de forma racional y sosegada, a pesar de que es uno de los que más afecta a las desigualdades que padece esta sociedad, es el de la política fiscal.
En general todo el mundo coincide en que los servicios públicos, que se nutren de esa política fiscal, en España, son claramente mejorables desde el punto de vista cualitativo y cuantitativo.
Las posiciones enfrentadas en este problema se resumen en dos: una, sostiene que es necesario bajar los impuestos pues así aumenta la recaudación, asunto este basado en la teoría de Laffer, economista austriaco, que nunca se demostró verdadera ni siquiera creíble, pero que dio y sigue dando mucho juego a sus correligionarios. Luego, están los que defienden que para recaudar más y además de forma más justa, hay que aplicar la progresividad, tal como explicita la Constitución española en su art. 31.
Al final del diálogo de Fedro, cuyo autor es Platón, Sócrates se dirige a Fedro expresándole un deseo “… que considere rico al sabio; que todo el dinero que tenga sea solo el que puede llevar y transportar consigo un hombre sensato y no otro”. DIARIO Bahía de Cádiz