CARTA AL DIRECTOR enviada por: Ana Ruiz Acuña
Como si el mar se las hubiera tragado. Como si se tratara de esa pulsera o anillo que todos hemos perdido en la playa y es prácticamente imposible volver a recuperar.
Ni rastro de ellas. Ni de su intenso olor. Ni de sus cenizas color negro noche. Una celebración que reunía a amigos, familiares y a grandes aglomeraciones de gaditanos, ha quedado reducida en una sucia botella de ron que probablemente se encontrara al día siguiente hecha añicos y con pocos recuerdos.
El olor a sardinas, filetes o pinchos ha sido sustituido por alcohol, drogas y otras sustancias poco ilegales. Las parejas que paseaban por el paseo para disfrutar del ambiente, por grandes patrullas de policías. Y las risas de los jóvenes por vómitos, gritos y peleas.
La fiesta de la barbacoa se ha convertido en la fiesta de la botella, de la desfachatez y de la borrachera.
Ante estos incontrolables botellones, el Ayuntamiento de Cádiz debería despertar y movilizarse. Debería emprender algún tipo de campaña comunicativa para hacer resurgir a las barbacoas del fondo del mar. Debería empezar a concienciar y a cambiar ese concepto de festividad que, desde hace varios años, ha quedado obsoleto. Debería volver a atraer a las familias y no a los vendedores de alcohol ambulantes. Debería permitir celebrar una gran noche veraniega gaditana. Y lo más importante de todo, debería empezar YA. DIARIO Bahía de Cádiz