CARTA AL DIRECTOR envidada por: Javier Bonet, de San Fernando
(Sólo para el que le guste leer un poco) A mi modo de ver (la carga de hoy). Tengo cumplidos cincuenta años y fue el año pasado cuando despegué definitivamente mi alma cofrade de la “almohá”, muchos años de carga donde cada una de ellas han quedado marcada en mi memoria, en mi corazón.
Recuerdos de aquel pequeño, que con cuatro maderas mal “clavás” con puntillas, que cada uno de aquellos niños traían del viejo cajón de herramientas de nuestros padres, construíamos nuestro paso y en sus tres travesaños, amarrábamos nuestras almohadas que no eran otra cosa que viejos cojines que ya estaban “jarto roá” por el tresillo de casa. Todos soñábamos con ser cargador de La Isla…
Hoy, recordaba con algunos jóvenes algunas vivencias bajo un misterio y también un palio, aquellos “mecíos”, aquellos quietos, aquel antiguo paso del Huerto, aquella pequeña puerta de la Pastora donde en su salida, parecía que el olivo se troncharía, cosa que nunca ocurrió, aquella calle aAcha…, aquella “recogía”.
Era la carga de La Isla, la nuestra y en la que en la “madrugá” del Jueves Santo, se mostraba a cargo de la alta escuela de lis cargadores del Nazareno y su madre la Lola.
Vais a perdonar a este viejo cargador, espero que lo hagáis porque hoy no he vibrado con la carga, hoy he llorado interiormente de impotencia y coraje, hoy el escalofrío, el nudo en la garganta y el ole no han brotado en mi y no lo ha hecho porque no he sentido lo que hay que sentir, hoy he visto a mi Señor del Huerto muy triste, donde ni las notas más alegres de su marcha han podido alegrar el cansino paso con el que procesionaba, a mi Gracia y Esperanza no la ha refrescado el vaivén de su palio, sus varales han quedado tan adormecidos que han quedado anclados como si estuviesen soldados a su mesa, silenciado al mismo tiempo ese soniquete que eran las caricias de sus caireles… ¿Innovación? ¿Solemnidad?
Nuestra carga es tan nuestra como sus imágenes, es algo que nuestros mayores nos legaron, es del pueblo y un mecío nunca será una falta de respeto, ni un cachondeo como quieren hacernos creer los que poco a poco están cambiando nuestra forma de cargar, aquella con la que transmitíamos al pueblo emoción y con la que el pueblo a través de sus aplausos transmitían fuerza y entusiasmo al cargador.
Es un sentir y así lo quiero expresar, es mi sentir y aunque ese sentir hoy viendo a mi hermandad en la calle haya llorado. Respeto a todos aquellos que piensen y sientan la forma de cargar de hoy en día.
Como dije al principio, espero que me perdonéis, tan solo soy ese viejo y antiguo cargador que quería soñar sintiéndose aquel niño que un día se metió en aquellos benditos palos hecho con cuatro tablas y mucho corazón.
Me quedaré viviendo de mis recuerdos, lo de hoy ni se asemeja a lo que fue. DIARIO Bahía de Cádiz
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