CARTA AL DIRECTOR enviada por: Pelayo Vozmediano, de Jerez
Somos muchas las especies que por instinto natural tendemos a juntarnos en sociedad. Estos agrupamientos a lo largo de la historia han sido de gran utilidad para protegernos de enemigos, progresar como especie y hacer un uso óptimo del trabajo de cada individuo, pero actualmente, con un mayor conocimiento sobre la psicología humana nos hemos dado cuenta de que unirnos en sociedad va más allá de protegernos de un depredador.
Hoy día vivimos con una tremenda dependencia a esa sociedad compuesta por nuestros iguales, no solo por lo evidente, la necesidad de comida, dinero, etc., si no por lo abstracto, aquello que no podemos ver. Necesitamos de la comunicación con los demás, del cariño, del intercambio de emociones y experiencias, de las culturas, la compañía, y de todo aquello que le pone un poco de vida al alma, por lo tanto, solo la idea de estar solos en este mundo nos aterroriza. Del mismo modo ocurre con otros animales, como las vacas. Sabemos que estas tienen una mejor amiga, a la que reconocerían entre un millón y con la que se convierten en inseparables, y si por circunstancias de la vida alguna de las dos muere, la otra nunca volverá a ser feliz en su soledad.
Dice Schopenhauer que nuestro miedo a la soledad hace que frente a ella toda mala compañía acabe siendo buena. Podríamos decir que razón no le falta; todos estamos hechos con necesidad de compañía, aunque probablemente una mala acabará pasándonos factura a la larga. A veces es necesario vencer el miedo a estar solos, y darnos cuenta de que esto no es algo tan malo, y que realmente nuestra mejor compañía somos nosotros mismos, siguiendo así lo que dice el proverbio popular, “mejor solo que mal acompañado”.
Bien es cierto que esta cuestión es tan subjetiva y abierta a debate como la vida misma, y son el conjunto de madurez, experiencias tanto internas como con los demás y habilidades sociales los que determinaran tu postura con respecto a la tesis de Schopenhauer. También cabe recalcar que el conflicto interno es algo que no debe ser apresurado, y que puede que cuando se trata de compañía y miedo a la soledad, al lado de lo muy malo, lo menos malo acabe pareciendo bueno.
En definitiva, podríamos decir que sí, los seres humanos necesitamos de los demás para vivir en la existencia. Esta experiencia de vivir en sociedad nos hará más felices y nos ayudará a llevar una vida plena, aunque en algunos casos también hay que saber cerrar la puerta, coger a la soledad de la mano y enfrentar los conflictos por uno mismo. DIARIO Bahía de Cádiz