CARTA AL DIRECTOR enviada por: Domingo Sanz, de Mallorca
Cuando se abusa tanto de una palabra por quienes aspiran a mandar que parece lícito hasta sospechar de sus intenciones, siempre “abro” la RAE por si el confundido fuera yo. Escrito y hecho, de la palabra “humillar” no cabe la menor duda de que se refiere siempre a “alguien”, es decir, a una persona con nombre y apellidos. Salvo en el mundo de la tauromaquia: “Dicho de un toro, bajar la cabeza para embestir, o como precaución defensiva”.
Como no creo que Feijoo piense que su patria sea un toro, deduzco que hay “gato encerrado” en el hecho de que, cada vez que Sánchez pacta con los de Junts, el del PP diga que “España no se merece esa humillación” y, acto seguido, convoca manifestaciones que cada vez recuerdan más a la del gran “desagravio” del 1 de octubre de 1975, de la que algunos dicen que el esfuerzo físico desplegado por el dictador en la Plaza de Oriente fue lo que acabó con su vida solo 50 días después.
Dada la peligrosa confusión que se está perpetrando al afirmar que España está siendo humillada como si 48 millones fueran una sola persona y que, por otra parte, “humillación” es sinónimo de “agravio” según la RAE, el CIS debería preguntar a la gente si se siente “agraviada”, “humillada” o “nada” por los acuerdos del Gobierno con otros partidos políticos que también son españoles, al menos de momento.
La “foto” del CIS será multicolor, pero Feijoo convoca en blanco y negro, como el dictador. Si sigue fracasando, es probable que el del PP comprenda que sentirse humillado es algo muy personal y que, para no “morir en el intento”, tendrá que aceptar que catalanes y vascos puedan decidir si se largan o no. Quizás porque sabe que solo así tendrá alguna posibilidad de gobernar en el trozo de Europa que se quiera seguir llamando España. DIARIO Bahía de Cádiz