CARTA AL DIRECTOR enviada por: Encarnación Martínez Galindo, de Málaga
Una chica joven y embarazada, es levantada de su asiento porque alguien se lo arrebata so pretexto de estar en la cola antes que ella; unos pacientes padres, soportan la mala entonación y agresivos ademanes de su hijo; una persona de edad, se baja de la acera porque quien se cruza con ella no hace ademán de hacer sitio; un enfermo que acaba de llegar, con cara de gran dolor, soporta la regañina de quien se ocupa de la portería de un hospital porque ha tenido que soltar el monedero en el mostrador de entrada.
Y así, una tras otra podríamos seguir enumerando tristes escenas de falta de humanidad en la urbe o urbanidad y que te hacen pensar en crear una plataforma sociopolítica en defensa de los “apocados físicos transitorios”.
Urbanidad: llamada así en los manuales escolares desde finales del siglo XVIII hasta los años cincuenta del siglo XX y que consiste en tener una actitud considerada hacia los demás, civismo y buenas maneras que posibiliten a todas las personas poder vivir en comunidad.
Afortunadamente, alguien, se levantó de su asiento para ofrecérselo a la mujer embarazada; una abuela, hizo un ademán para atemperar al enfurecido hijo; un vehículo, frenó para dejar paso a la desplazada persona de edad y otra persona encargada de la entrada al hospital sostiene el monedero mientras el dolor se le atenúa al recién llegado enfermo.
Se le denomine como se le denomine y sea por humanidad, por urbanidad, por civismo… es necesario seguir insistiendo en mejorar el comportamiento de unos para con otros. No quien (no sin trampa) llegue antes, ni quien más vocifere, ni quien más avasalle, tiene la razón sino todo lo contrario: tiene el rumbo moral o ético-cívico perdido.
La actual asignatura de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos posee un contenido extraordinario pero, es en el Bloque 2 donde se hace alusión a las relaciones humanas más afectivas: intergeneracionales, hacia personas dependientes, a personas en situación desfavorecida… Buena misión que llevar a cabo por parte de educadores (y familiares). Y si un ser conocido o desconocido te sostiene una puerta abierta para que pases, da las gracias. DIARIO Bahía de Cádiz