CARTA AL DIRECTOR enviada por: Marea Violeta Jerez
Desde Marea Violeta Jerez no podemos permanecer calladas ante esta sentencia que lo que transmite es la doble victimización hacia la chica. La justicia patriarcal que sufrimos nos escandaliza con sentencias como éstas que disminuyen la gravedad del delito, ya que señala que aunque “los hechos son graves”, piensan que existe “escasa probabilidad de que ninguno de los penados, de 40 y 41 años, vuelva a cometer “hechos de similar naturaleza”, ya que no tienen antecedentes, han pagado la indemnización y la víctima, a través de su representación procesal, “ha manifestado de forma expresa su decisión de no oponerse a la concesión del beneficio”.
Es decir, su condena ha sido suspendida como parte de un acuerdo con su víctima que ha evitado que llegaran a juicio. Y nosotras nos preguntamos: ¿un acuerdo? ¿qué precio tiene ese acuerdo? ¿el precio del miedo? Y ¿sólo basta con un curso de reeducación sexual?
La mujer tenía 18 años y desde entonces ha sufrido estrés postraumático y ha necesitado tratamiento farmacológico y psicoterapéutico. Con lo cual, es fácil pensar que ese acuerdo se ha producido porque no quería revivir aquella pesadilla de la noche del 9 de junio de 2018.
Hemos recopilado un par de frases que se dijeron en la escena cometida y son espeluznantes los comentarios y el abuso de violencia patriarcal y machista que de ellos se desprenden: “¿cuántas chicas quisieran estar en tu lugar y liarse con dos policías a la vez?”; “bueno ¿cómo empieza una orgía”. Dentro de la casa se aprovechan de su condición de policía y la diferencia de edad y uno de ellos la obligan a desnudarse y empiezan a tocarles los pechos y le introduce “varios dedos en la vagina”. El otro agente se queda solo con la víctima y ella según la sentencia, decide no oponer resistencia y aunque no deseaba tener relaciones, se somete al otro individuo que la penetra vaginalmente “sin preservativo y sin consentimiento”.
¿Hasta cuándo vamos a tener normalizados actos machistas cómo estos? Nos podemos imaginar el estado de indefensión de una chica de 18 años ante dos hombres adultos que además son agentes de policía, con el agravante que eso implica. Cómo puede alguien pensar que quién tiene que velar por tu seguridad, sea capaz de agredirte sexualmente a través de la manipulación y el miedo. Por eso nos reiteramos en denunciar que el delito es aún peor cuando lo cometen dos agentes de la policía.
Seguramente no sería la primera vez que lo hicieran, aunque quizás sí la primera que alguien tuviera el valor de denunciarlos, y que de nuevo, ejerciendo el poder de la manipulación y el miedo, consiguieron que esta chica retirara la denuncia, entre otras cosas para no volver a revivir los hechos que la dejaron traumatizada y con necesidad de terapia, para poder superar unos hechos tan graves y traumáticos para cualquier mujer.
Se prevalieron de su condición de policías para cometer un delito de tanta gravedad, que por esa misma condición de policías son conocedores de la Ley y que está en su trabajo y sueldo velar por prevenir la comisión de delitos, y que la condena solo les ha inhabilitado por dos años para cargo público lo que es a todas luces insuficiente, si no llega a ser porque el Ayuntamiento de Benalmádena (que ha emitido comunicado informando de la expulsión) podría darse la paradoja de que ya se pudieran incorporar a su trabajo y les tocara, en otra ocasión acompañar a una víctima de violencia de género o violencia sexual y ¿cómo las tratarían?
Para evitar que estas situaciones se sigan dando solicitamos a las instancias oportunas Estado, Ministerio de Igualdad, Justicia o Interior que tomen las medidas oportunas para que personas funcionarios públicos condenados por la comisión de este tipo de delitos que atentan contra derechos humanos fundamentales, sean inhabilitadas de la función pública para siempre.
Y el Estado desde la fiscalía no permita que éste tipo de delitos tan graves, y con el agravante de ser policías que han de velar por la seguridad de la ciudadanía, sean liberados de cumplir la pena de cárcel pese a los acuerdos tomados entre las partes, dada la grave alarma social creada en la población y la sospecha de que la justicia en España no es igual para tod@s.
Queremos que la justicia sea el amparo y no otra herramienta más que perpetúe las violencias machistas hacia las mujeres. DIARIO Bahía de Cádiz