CARTA AL DIRECTOR enviada por: Alexandra Orgaz Camacho (Psicóloga Clínica en el SAS)
En el momento de mayor sensibilidad social hacia la salud mental desde la década de los 80, y cuando todos los debates sobre el sufrimiento psíquico se encuentran en estado de revisión, nuestro Ayuntamiento (de El Puerto) nos sorprende con una noticia banalizadora, simple e interesada sobre su participación en este asunto.
Nos enteramos por un breve comunicado de algún tipo de participación, entre el área de bienestar social con una empresa privada, que se define como “una vía de colaboración” para que las personas usuarias de esta área accedan a tratamientos psicológicos a precios reducidos. Se insiste en su destino a personas con “pocos recursos” o “los más vulnerables”.
Siento comunicarle tanto a este Ayuntamiento como a esta empresa privada que el tratamiento psicológico no cura la pobreza. El tratamiento psicológico no le va a solucionar a nadie su problema para pagar el alquiler, no le va a solucionar a nadie su dificultad para llenar la nevera, no le va a pagar ningún recibo de la luz y no le va a permitir acceder en condiciones más dignas a un empleo estable.
Los determinantes sociales por supuesto que generan malestar psicológico, incluso, psicopatología. En ocasiones este sufrimiento toma la forma de demanda a los servicios públicos de salud mental, infradotados y saturados, que son incapaces de asumir la demanda.
Y en este argumento aparece el buitre de la empresa privada, bien en forma de seguro médico o en este caso, en forma de gabinete psicológico a llegar donde la sanidad pública no llega. Pero esto es una trampa de la que se aprovechan una y otra vez.
Convertir en psicopatología un malestar relacionado con las condiciones económicas de vida, es desviar el foco de atención de la verdadera responsabilidad de la institución. Tomar partido en el debate de sobre cuáles son los límites y cómo resolver esta demanda de alivio de sufrimiento sí debe ser una prioridad institucional.
El área de bienestar social no tiene la responsabilidad de patrocinar a una empresa para que atienda psicológicamente a las personas llamadas más vulnerables. Con que se encargue de sus propias competencias es suficiente.
Si el área de bienestar social quiere participar de la salud mental, puede comenzar a hacerlo hoy mismo. Puede empezar a aprender qué es la salud mental comunitaria y poner cuántos medios y recursos públicos estén a su alcance para ser un agente más de la red. DIARIO Bahía de Cádiz