CARTA AL DIRECTOR enviada por: Martín Martínez Martínez, de Barcelona
El miedo, un sentimiento que puede condicionarnos, un instrumento que a menudo utilizan los que mandan: padres, profesores, gobernantes… Nos esforzamos por evitar el suspenso, conducimos con prudencia para evitar la multa. Por lo general, hacemos muchas cosas, para evitar las consecuencias negativas. A nivel individual, todos los días experimentamos el temor, y con temor, revisamos nuestro proceder. ¡Y cambiamos de planes!
A nivel colectivo, también ocurre lo mismo. Ahora estoy pensando en los viajes que no se hacen, en las familias que no se reúnen, en las fiestas que se anulan, y en las mascarillas. Estoy pensando en la alteración colectiva provocada por ese virus del que hablan tanto la tele.
Y pensando en los virus que nos atacan y en las personas que se esconden, acabo pensando, en las guerras y en las bombas y en la protección que ofrecen los sótanos y túneles. Y en los costosos refugios nucleares que se construyeron durante la guerra fría, para protegerse de esas partículas que atraviesan con facilidad casi todas las paredes. Y en el miedo, a un gran apagón, del que se habla mucho, y en los gastos que se harán pensando en él. DIARIO Bahía de Cádiz