CARTA AL DIRECTOR enviada por: Horacio Torvisco, de Alcobendas
En estos días de pandemia se habla mucho y con razón, de la emergencia sanitaria. También se habla y con razón, de la emergencia económica que planea sobre la economía que amenaza, una vez más, en ensañarse con los más débiles. Ojalá no sea así. Sin embargo, apenas se habla de la “emergencia mediática” por la que está atravesando nuestro país, que amenaza con convertir en un lodazal lo relacionado con la información del Covid-19.
Hay como mínimo tres factores que están contribuyendo a esta “emergencia mediática”. El primero, la dificultad de explicar técnica y estadísticamente, de manera clara, sencilla y rigurosa, los pormenores de la evolución del Covid-19. El segundo, la política informativa del Gobierno que es claramente mejorable, al estar incurriendo en una serie de errores casi infantiles que le restan eficacia y credibilidad. Pero el factor decisivo en esta “emergencia mediática” está protagonizado, tanto en las redes sociales, como en tv y radio, así como en la prensa de papel, por una serie de grupos, conocidos por todos, donde sistemáticamente se construye una explicación falsa, sesgada y sin ningún rigor.
Es decir, se miente descaradamente. Esta propagación de la mentira busca legitimidad de manera torticera, en el derecho a la “libertad de expresión”. Falso. En España desde hace ya mucho tiempo, existe “libertad de expresión”. Cualquiera puede expresar sus ideas y opiniones con total libertad, desde la crítica al Gobierno, faltaría más, hasta la defensa de el tierraplanismo, el negacionismo climático, o la inmaculada concepción de Jesucristo, no hay ningún problema, pero jamás se debería aceptar que la información, es decir, los datos, los hechos tangibles y comprobables se trastoquen con el fin de crear un estado de confusión, miedo y desánimo en la ciudadanía con oscuros intereses, porque eso no es “libertad de expresión”. Eso es otra cosa. DIARIO Bahía de Cádiz