CARTA AL DIRECTOR enviada por: Encarnación Martínez Galindo, de Málaga
La sabiduría está oculta en millares de libros o tomos que en una sola vida no hay ni la más remota oportunidad física de acceder ni a su lectura ni a su comprensión mental. Sin embargo, a partir de una sola idea, podemos ir de lo particular a lo general (y al contrario) y tener la capacidad de llegar a afirmaciones, con escaso índice de error, que se acercan o incluso que coinciden con lo expresado por genialidades de todos los tiempos. Al fin y al cabo y aunque lo dudemos, la verdad es una. Pero la verdad tiene la facultad del camuflaje porque tiende a esconderse como un instinto innato de supervivencia. Hay que buscarla y cuando se vislumbra, vuelve a desaparecer, se vuelve a escapar. Es escurridiza y nos entretiene constantemente o nos desespera. A veces asusta. Es extraña, es rara.
En el diálogo sobre el poder, la justicia y la vida recta, ya lo decía Calicles: “Pero qué raro eres, Sócrates.”
Lo extraño, intriga y se investiga para hallar la verdad. ¿De verdad?
La mano de la justicia, no pocas veces en la historia, ha recaído solo en ciertas personas para escarmiento y ejemplo del resto quedando otras de semejantes culpas indemnes. O incluso, ¿son realmente culpables los/as culpables? En algunos casos, puede no estar claro.
La mezcolanza, causa perplejidad y se gobierna para ejercer el verdadero poder. ¿El verdadero poder Podría ser que el verdadero poder no lo ejerza quien está en él sino quien subyace en él. Habría que sopesar qué o quién o quiénes sostienen realmente, en un momento dado, un modo de gobierno que pudiera ser especialmente singular: quienes están, quienes apoyan, quienes ceden, a quienes se silencian. O incluso, ¿realmente gobierna quienes gobiernan? En algunos casos puede no estar claro. DIARIO Bahía de Cádiz