CARTA AL DIRECTOR enviada por: Juan Cejudo, de Cádiz
El Tribunal Supremo había decidido, ante la denuncia del alcalde de Rivas-VaciaMadrid, que los gastos hipotecarios debían pagarlo los bancos y no los clientes. Una sentencia que venía a dar la razón a los ciudadanos frente a los intentos de la banca de cobrar indebidamente lo que era obligación de ella.
Satisfacción general, no sólo en quien interpuso la denuncia por haberla ganado sino de toda la ciudadanía. Los bancos debían devolver esos ingresos cobrados indebidamente.
Pero la banca, ante esta sentencia, sufre fuertes caídas (entre un 2% y un 7%) en bolsa y… en menos de 24 horas sucede algo nunca visto en la historia de la judicatura española: el Supremo, que había dictado sentencia a favor de los usuarios, da marcha atrás en la decisión de la sala 3ª y decide dejar en suspenso la sentencia y convocar el Pleno del Tribunal Supremo (decidirá el próximo 5 de noviembre) para que tome una decisión definitiva…alegando una “fuerte repercusión económica y social”…
¿Intento de que el Pleno del Supremo corrija su propia sentencia para que la Banca salga beneficiada? ¿Un Supremo al servicio de la Banca? ¿Fuerte repercusión económica y social no tuvo el tema de las preferentes que dejó en la ruina a miles y miles de personas?
Esta decisión deja claro que cuando los perjudicados son los bancos, se toman decisiones nunca vistas. Ellos son los que mandan. Dicen los entendidos que los bancos podrían perder unos 4.000 millones de euros.
Ya no se acuerda nadie que hace pocos años les dimos 60.000 millones a los bancos (que según Rajoy no nos iba a costar nada a los españoles), que prometieron devolver y que ahora dicen que no podrán devolverlo, mientras siguen teniendo ganancias altísimas (más de un 11% en los 6 primeros meses de este año 2018).Un sistema político que permite este estado de cosas se retrata perfectamente y dice con quien está: con el gran capital, con los bancos, con las grandes multinacionales y las grandes empresas, pero no con los ciudadanos. Es una vergüenza.
Los ciudadanos tenemos la obligación de luchar por un cambio de este modelo que, como dice el papa Francisco “es una economía que mata”, “un sistema económico que fomenta la desigualdad y la exclusión”.
Debemos posicionarnos claramente en contra de este sistema político y económico que permite decisiones tan vergonzosas como la que estamos comentando. DIARIO Bahía de Cádiz