CARTA AL DIRECTOR enviada por: Horacio Torvisco, de Alcobendas
El ‘caso Errejón’ ha sido un acto de violencia sexual contra algunas mujeres por alguien que se presuponía que estaba en política para luchar contra esos comportamientos. Lamentable. La reacción social fue inmediata, condenando este hecho sin paliativos y de forma inmisericorde.
Cuando sugiero que el tiempo dará perspectiva y añado, algo de sosiego, es porque en algún momento el foco deberá ampliarse para sacar más conclusiones que la obvias contra un supuesto maltratador. Hacer leña del “árbol caído” resulta fácil e incluso produce satisfacción, especialmente entre sus rivales políticos, que no son pocos a derecha e izquierda, pero zanja el asunto de forma poco rigurosa.
En este caso se han detectado, como mínimo, dos problemas muy graves que requieren una profunda reflexión: ¿por qué las mujeres tienen que recurrir a las denuncias anónimas cuando sufren agresiones machistas y qué garantía y veracidad ofrece una denuncia hecha desde el anonimato? Y segundo, ¿qué conclusiones se pueden extraer sobre el ejercicio personal del poder político, cuando hay un momento en que el “personaje” se distancia irremediablemente de la persona? DIARIO Bahía de Cádiz