CARTA AL DIRECTOR enviada por: Magdalena Adeva Andany
La crueldad hacia los animales que existe en España apenas tiene parangón en el mundo. Marca España que nos avergüenza a los españoles con principios. Los animales son seres vivos con sentimientos que no han cometido ningún crimen. Son seres indefensos e inocentes que deben ser respetados y protegidos.
En cualquier lugar de España, los animales pueden ser torturados con impunidad por salvajes y cobardes que saben que no van a ser castigados como se merecen porque las leyes existentes son insuficientes para proteger a los indefensos. Perros y gatos quemados vivos, torturados con sopletes, golpeados hasta morir, ahorcados, encadenados de por vida a la intemperie, disparados, atropellados a propósito y abandonados malheridos para morir lentamente… son hechos repugnantes que ocurren diariamente con impunidad en cualquier localidad española.
La tristemente conocida en todo el mundo como “Spanish piano torture” consiste en ahorcar a un pobre perro de forma que muere de forma extremadamente lenta y dolorosa porque el pobre animal puede apoyar sus patas traseras en el suelo de vez en cuando y consigue respirar por un periodo corto de tiempo prolongando su terrible agonía. Nada puede ser más despreciable y cobarde. Sin embargo, es el día a día de muchos perros “que no sirven” en España, reflejando la falta de moralidad de la sociedad española y de sus responsables políticos.
Internet está plagado de publicaciones que denuncian estas barbaridades. Los alcaldes y responsables políticos son tan culpables como los criminales que las cometen porque su obligación es educar y legislar.
Una sociedad civilizada no tolera la tortura de seres que no pueden defenderse. Las leyes deben proteger a los seres vivos inocentes. Los animales deben estar legalmente protegidos. La protección de los inocentes no tiene nada que ver con la ideología política, la religión, o la cultura. Es una obligación de todos y cada uno de nosotros. La forma de tratar a los animales define a un país.
La forma de tratar a los animales refleja el alma humana. Los periodistas, responsables políticos y alcaldes, parecen creer que los animales no son un asunto relevante. Se equivocan. La protección de los seres vivos vulnerables es la base de una sociedad civilizada. Si seres vivos que no pueden defenderse son abandonados, masacrados y torturados con impunidad, la sociedad es cobarde, indigna, miserable, y despreciable. Los crímenes contra los indefensos son crímenes contra la humanidad. Todos somos víctimas.
La crueldad hacia los animales que existe en España está dañando a los españoles normales que vemos con estupefacción e indignación como esta intolerable situación continua. Los animales no son un arma política o la responsabilidad de un único partido político. Son una responsabilidad de todos y cada uno de los alcaldes y políticos.
Los toros, la vergüenza más absoluta de una sociedad. Torturar a un ser vivo hasta que muere para entretenimiento de algunos ignorantes sin alma ni conciencia. Imposible imaginar una mayor aberración. Malgastar dinero público en torturar toros y caballos inocentes no solo es despreciable, debe ser castigado severamente por ley. Un numero exponencialmente creciente de españoles nos preguntamos cómo es posible que este repugnante y vomitivo evento sea llamado fiesta.
¿Quién puede estar orgulloso de un país donde los inocentes son torturados sin piedad? Nadie con un ápice de moralidad. DIARIO Bahía de Cádiz