CARTA AL DIRECTOR enviada por: Horacio Torvisco, de Alcobendas
Uno de los debates más interesantes que el feminismo ha abierto es el que se refiere a la praxis de un lenguaje inclusivo, que ponga en un plano de igualdad el léxico masculino y femenino. Quizás habría que arrancar de dos premisas aclaratorias: Este debate no va, fundamentalmente, de la corrección o no del lenguaje inclusivo según el canon actual, va de poder porque el lenguaje refleja una forma de poder; asimismo, el lenguaje inclusivo por si solo no garantiza una sociedad más igualitaria entre sexos.
Uno de los casos donde se está suscitando una agria polémica es la referencia a los dos sexos “todos y todas” en el uso de los genéricos, fórmula que incomoda a mucha gente, a la cual, sin embargo, no le causa ningún problema usar el genérico masculino para referirse a un grupo de personas incluso aunque ese grupo sea mayoría de mujeres. Se apela, para argumentar esto a la economía del lenguaje, economía que nadie rechaza, pero que no da patente de corso para el uso del genérico masculino exclusivamente. También se habla de las convenciones lingüísticas que como toda convención refleja un estatus de poder, por encima de otras consideraciones.
El camino que hay que recorrer en la construcción de ese lenguaje inclusivo que el feminismo reivindica con toda la razón, más allá de exabruptos de algún académico ávido de falso protagonismo, tendrán que hacerlo “hombres y mujeres” no “hombres vs mujeres”. DIARIO Bahía de Cádiz