CARTA AL DIRECTOR enviada por: Francisco González Álvarez, de Cádiz
Recibimos con preocupación la noticia del despido de la bibliotecaria del Seminario diocesano, que ha venido trabajando con rendimiento satisfactorio durante 17 años en la institución y que niega que el motivo sea la falta de trabajo en una biblioteca que cuenta con 15.000 volúmenes, tal como se alega por parte de los responsables de este centro de la Iglesia. No es, desde luego, el primero, pues, ya se han producido otros en la Iglesia de Cádiz, de unos años a esta parte.
En 2014, fue despedido el conserje del Oratorio San Felipe Neri, sin motivos objetivos para ello. En estos días, se ha celebrado en el Juzgado de lo Social una vista, a petición de un empleado que, tras ocho años de actividad laboral continuada, en el centro Luz y Sal, de Cáritas, y, más tarde, en Chiclana, como educador y acompañante de PSH, ha sido despedido con el argumento de que se va a hacer una “reorganización necesaria, amortización de la plaza y salida inmediata de la casa”. Sin embargo, es sorprendente que este trabajador haya sido sustituido en su puesto por otra persona, a la vez que en San Fernando se ha abierto un centro para la atención de personas sin hogar, donde, en última instancia, se le podría haber trasladado.
Se sabe, por otra parte, que otros empleados despedidos han preferido mantenerse en el anonimato.
Como miembros de la Iglesia diocesana y militantes de la HOAC, movimiento obrero católico, rechazamos el plan de relaciones laborales que está aplicando la Iglesia de Cádiz a sus trabajadores y trabajadoras y, en consecuencia, pedimos al obispo de la Diócesis, Don Rafael Zornoza, tome las medidas necesarias para que los directivos y responsables de ciertos departamentos eclesiales no apliquen el bisturí de los despidos, con grave quebranto espiritual, moral y económico para los empleados y sus familias.
Finalmente, valoramos negativamente tales actuaciones porque marcan las pautas del descarte sin contemplaciones a personas que no se ajustan a las exigencias del mercado (Papa Francisco). No favorece la difusión del mensaje evangélico, no ejemplariza la fraternidad que Jesucristo nos pide, ni respetan los principios, criterios y orientaciones de la Doctrina Social de la Iglesia. DIARIO Bahía de Cádiz