CARTA AL DIRECTOR enviada por: Juan Antonio Sánchez Campos
Desde la candidez de mi posición, me atrevo a redactar una pequeña y personal idea de lo que es o no más positivo para la sociedad española ante la extrapolable falta de argumentos para sostener el desbarajuste en el que se encuentra la política en mi país, debo de decir con voz clara y alta que la situación por la que nos ha tocado pasar tras un año venido de uno anterior en el que el equilibrio del Gobierno no se sustentaba y la izquierda se convertía en un fallido intento por desbancar a la derecha en España nos encontramos ahora con una situación inconexa, absolutamente kafkiana y fuera de cualquier terminología que sustente el falso favor que los independentistas de malos augurios han denostado a aquellos que crean a pies juntillas en un discurso codificado, absurdo e ilegitimo a la Constitución y las leyes que nos protegen.
No es demasiado imprevisible ver como parte de los que se negaban a acatar las normas establecidas para la convivencia y la paz social de los españoles se encuentren ahora, tras su intentona absurda, entre los barrotes de la prisión; a costa de ellos y ellas es donde se ha sustentado el máximo líder público de convertirse en jefe de la República independiente de la casta catalana que probó con un pelele el hambre separatista. A pesar de las múltiples faltas de respeto demostradas por los y las que se hicieron dueños y señores de la palabra independencia, una palabra demasiado cercana a la intervención de la violencia en las calles y la confrontación entre familias o amigos. Es ahora, cuando la norma legal establecida para casos como este, es cuando se pone en marcha los fundamentos de un Gobierno central que ha tardado demasiado en adelantarse al futuro cuando la virtualidad era un hecho y se ha protegido contra todo aquello que manifieste un problema que tarde o temprano tendrá que afrontar. La Justicia por descontado, esta para dar con el mazo en la mesa de la desconexión en lugar de debatir políticamente todo lo relacionado con un problema que ya viene de siglos anteriores; coincidencia o no, la desaprobación de las leyes por unos ha servido para que los que no pensaban como ellos se escudarán en las normas, en lugar de buscar puntos de inflexión, lazos de convivencia y soluciones aceptables a los asuntos de la política porque la justicia, esa esta para casos de corrupción, de malversación o de planteamientos severos a quienes se lucran del mal ajeno, algo de lo que sabe demasiado el actual Gobierno, de lo que aprendió hace décadas el de algunas regiones autónomas y por ende, más de un edil confundido entre la urbanización e sus calles y el chalet de dos plantas que le servía de techo protector a sus infames delitos.
Como inepto político me sumo a la partida de cartas que se juega en el casino de la panacea parlamentaria, tengo una carta bajo la manga que no pienso sacar hasta no llegar el momento que lo requiera, espero que los demás ciudadanos y ciudadanas de este país se confabulen conmigo y no pierdan detalle de las posibles trampas que nos puedan confundir, el voto es el as que nos puede hacer mejorar o reducir aún más nuestro dañado sistema del bienestar. DIARIO Bahía de Cádiz