CARTA AL DIRECTOR enviada por: Benjamín Valenzuela Sánchez, de Cádiz
La respuesta es NO. Los alumnos de toda España están presionados constantemente por los estudios, debido a que deben sacar las mejores notas para así llegar a las carreras que ellos quieran optar pero si los contenidos que los alumnos estudian son inútiles para luego la prueba de acceso a la universidad de su promoción, ¿para qué les sirve tanto esfuerzo en bachillerato? Por ello nosotros los alumnos nos sentimos muy indignados ante la legislación educativa española, ya que, ésta cambia las pruebas de acceso a la universidad en medio de ciclos de bachillerato, haciendo algunos contenidos de éstos inútiles y por tanto provocar depresiones en el alumnado y una presión descomunal sobre el profesorado, el cual debe cambiar todos sus exámenes y contenidos preparados para el siguiente curso o incluso para el mismo simplemente porque al gobierno le parece más adecuado, pero en ningún momento se paran a pensar en el alumnado y profesorado que sufren sus decisiones.
Los cambios de las pruebas de acceso a la universidad no son malos, totalmente al contrario son buenos porque así son más adecuados para la mejor aptitud del alumnado a las universidades; pero lo que no es bueno sino que es catastrófico e indignante es el hecho de cambiar dicha prueba en mitad de un ciclo de bachillerato para que los alumnos y profesores deban adaptarse en un año o menos a todos los cambios de dicha prueba, tirando por la borda así algunos contenidos o formas de evaluación (exámenes) del año que han cursado.
Por ello la mejor solución sería que todo cambio que se quisiera aplicar a la prueba de acceso a la universidad se aplicará al principio de un ciclo, no en mitad de uno; por ciclo de bachillerato nos referimos al conjunto de Primero y Segundo por lo que los cambios deberían aplicarse a dichas promociones de alumnos de 4º de ESO que van a cursar al siguiente año primero de bachillerato provocando así que a ningún alumno le coja por sorpresa ningún cambio en la prueba ni tampoco a ningún profesor.
Así tanto alumnado como profesorado podrían dar clases mucho mejor y sin tener que en cualquier momento se cambiasen las leyes, y de este modo los alumnos irían perfectamente preparados para la prueba que les corresponda.
Seguro que muchos alumnos de bachillerato se han sentido identificados con este sentimiento de indignación, por eso no nos podemos quedar con los brazos cruzados y debemos hacer que ésto cambie. Y para ello debemos colaborar alumnos, profesores, padres y todo aquel que esté de acuerdo con esta reforma.
Muchas gracias por su atención. DIARIO Bahía de Cádiz