CARTA AL DIRECTOR enviada por: Juan Carlos Mirasol (Centro Psicológico Mirasol) de Cádiz
Desde hace algunos años venimos escuchando en los diferentes medios de comunicación, en anuncios, redes sociales… la necesidad o no de realizar tareas escolares en casa. ¿Deberes sí o deberes no? Se han creado plataformas para solicitar que no se puedan mandar tareas para casa e incluso está convocada una Huelga de Deberes durante este mes de noviembre en los fines de semana promovida por la Ceapa (Confederación Española de Asociaciones de padres y madres del alumnado).
España se sitúa en el número 1 de tasa de fracaso escolar de la Unión Europea. Un 19,7% de los jóvenes con edades comprendidas entre 18-24años no acaban los estudios de Secundaria.
El 96% de los pediatras detectaron un aumento de las demandas por problemas de conducta en adolescentes en los últimos cinco años.
Los problemas de comportamiento son una de las principales causas de consulta en las Unidades de Salud Mental.
Nosotros, como Centro de Psicología y Apoyo Escolar, llevamos desde hace varios años observando un aumento en el número de casos de adolescentes con este tipo de problemas.
Sobre la realización de los deberes plantearía la necesidad de un buen entendimiento entre la comunidad educativa y las familias, que dialoguen para llegar a puntos de encuentro. Por otro lado hay que poner en valor la decisión del profesorado, ellos son los que trabajan con el alumnado y son quienes conocen mejor cómo va su proceso de aprendizaje. Ellos tienen criterios sobre este tema, démosles autoridad de servicio, que falta les hace, y no se la quitemos.
Los padres, en muchas ocasiones y con razón, se quejan de que mandan muchas tareas, de que las jornadas de trabajo escolar de sus hijos es muy larga, que no desconectan, que no tienen tiempo para el juego y el ocio, que no saben explicarles ciertos conceptos, que no hay que aprender sufriendo (porqué muchos alumnos y familias, realmente “sufren” ante la presión de las tareas para casa), que los deberes son uno de los motivos del abandono escolar, que hace que el aprendizaje sea aburrido y tedioso al ser tan repetitivo y un largo etcétera. Piensen ustedes como adultos: ¿cuántos tenemos una jornada de trabajo larga? ¿Desconectamos? ¿Tenemos el tiempo libre que deseamos? ¿Nos resulta nuestro trabajo tedioso? ¿Quién no se lleva trabajo a casa alguna vez? No es que esté de acuerdo con esto, pero actualmente, es la realidad. Cuesta mucho llevar una familia adelante. No estoy diciendo que un niño deba pasar por esto, pero noto cierto sobreproteccionismo.
Alguien podrá pensar. En Finlandia no mandan deberes y siempre están en los primeros puestos del informe PISA. Tienen un sistema educativo diferente, muy bueno. Ahora bien, cultura diferente, valores diferentes, familias diferentes, niños y adolescentes diferentes y el profesorado es una de las “instituciones” públicas más prestigiosas, valoradas y respetadas. Estamos pasando de exigir a nuestros hijos sus obligaciones y responsabilidades a dedicarnos a que se cumplan todos sus derechos como niños.
Las tareas aportan autonomía, responsabilidad, refuerzan el aprendizaje, crean cultura del esfuerzo, inculcan valores, rutina, disciplina… en definitiva, aspectos que se están olvidando. Imaginaros un niño que no hace tarea en casa durante toda la Educación Primaria (entiendo por tarea, el estudio también). ¿Pensáis que afrontará adecuadamente la Educación Secundaria? No tiene hábito de estudio, no está acostumbrado…
La clave de todo este debate está en la racionalización de las tareas; el debate no debería estar en la presencia/ausencia de deberes. En Educación Primaria, un intervalo de entre 15-45 minutos de tarea al día no creo que afecte al niño, no creo que no tenga tiempo para jugar, para hacer otras actividades lúdicas, deporte, robótica…
Por otro lado, debemos tener en cuenta a cada alumno, porque no todos aprovechan por igual la jornada escolar, no todos tienen las mismas capacidades, ni habilidades, ni motivación, ni personalidad, cada caso merece su estudio y un buen entendimiento y comunicación entre padres y profesores.
En la sociedad actual en la que vivimos y con los datos aportados al principio en relación a la tasa de fracaso escolar, al aumento de los problemas de conducta en los adolescentes… me sugiere la necesidad, que desde pequeños trabajemos la cultura del esfuerzo, la autonomía, la responsabilidad y para ello creo importante el que los niños trabajen en casa un poco.
Pero eso, un poco, ajustado a sus características y necesidades. Siempre hay algo que reforzar y no creo que afecte al niño, todo lo contrario, lo irá preparando para las diferentes etapas, en relación a su formación, a las que él quiera o pueda llegar. Qué importante es que un niño se enfade porque no lleve la tarea o incluso te pida que lo levantes antes porque se le ha olvidado hacer un ejercicio. DIARIO Bahía de Cádiz
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