CARTA AL DIRECTOR enviada por: Juan Antonio Sánchez Campos
Un refrán que viene a definir de una manera exacta el concepto por el cual se rige el PP en su Gobierno de mayoría bien podría ser “Esto son lentejas, si quieres…,”. Sin duda, acostumbrados a tomar como bien les convenga las leyes, al Sr. Rajoy no le duelen prendas desmentirse continuamente de sus declaraciones y sacar conjeturas fuera de lugar para sacudirse las palabras dichas, procediendo a volver en su favor lo que en apariencia pudiera ser peligroso para su liderazgo.
Tomando a los ciudadanos por simples números estadísticos capaces de derivar en su contra las constantes faltas de respeto de las que gusta lucir su amplia ventaja parlamentaria, revuelve en el cajón de la soberbia para sacar de las mismas modalidades afines a sus intereses electorales. Está es, sin duda, la motivación que le ha llevado a querer hacer de sus deseos doctrina, estudiando de forma taimada cualquier resquicio que pudiera hacerle peligrar en algo su postulado político. Fue tras el descalabro de las elecciones europeas cuando comenzaron a fraguarse estrategias con las que poner a buen recaudo un tesoro electoral que se le iba deslizando de unas manos demasiado obsesionadas en firmar proyectos de leyes reformistas.
Cuando los ajustes se le acumulan y laceran a una cansada ciudadanía, no duda un momento en tomar conciencia de ello y tras un ligero repaso por el que pasar a la carga, vuelve a recomponer sus ideas con la licencia que el poder le otorga para satisfacer los procesos que le permitan acomodarse de nuevo en una situación de privilegio, preparando el terreno ideal con el que conseguir unos objetivos hasta ahora innecesarios para su partido.
Es insultante la falta de respeto que esté Gobierno le está haciendo a la sociedad, la última muestra de ello es en el interés mostrado para cambiar la Ley Electoral a la medida de sus necesidades políticas y no sociales; tratando con ello de mantener intactas sus opciones la próxima primavera con motivo de las Elecciones Municipales y Autonómicas a celebrar. El miedo es libre, pero la forma de airearlo bien vale darle un nuevo revés a los ciudadanos y para ello, que mejor forma de llevarlo a cabo que confeccionar una ofensiva injusta para retomar el liderazgo de las principales ciudades del país. Todo parece valer en política debe decirse el Presidente del Gobierno, si con ello sirve para seguir en el primer escalón de la misma,aunque solo cuente con el voto de unos afiliados que parecen no cansarse nunca de las reformas de su líder, salvo en contadas ocasiones que pronto salen del ideario público para no contagiar demasiado.
Se hace notar el cambio en el programa expuesto en su día, sacando a la palestra el ocultismo de ss verdaderas intenciones guardadas en el mayor secreto hasta lograr su objetivo. Es demasiado obvio que la ideología expuesta de esté Gobierno trata de desarmar al máximo cualquier tipo de obstáculo que no simpatiza con su causa. ¿El ciudadano? ¡Qué más da! Al fin y al cabo, eso es lo que menos parece importarle si consigue el 40& de los votos y separa a su perseguidor en cinco puntos tendrá la mayoría en bandeja.
Una simple cuestión de cálculo es lo que ha llevado al PP a cambiar el sentido de las leyes, una medida adoptada con la osadía que les caracteriza con la que mantener su hegemonía. Y es que, cuando los pronósticos no parecen serles proclives, es mejor tomar a tiempo medidas adecuadas para compensarlo. Ya sabe demasiado bien la sociedad española que, cuando un proyecto sale del escondite de Moncloá, esté será en cuestión de tiempo una ley como el PP manda. Todo es proclive de ser debatido en tiempo y forma, sin las prisas a las que nos tiene acostumbrados esté Gobierno, capaz de poner y quitar reyes en cuestión de días, en volver inmune lo impune o en mantener a buen recaudo las presuntas infracciones cometidas de antemano. El problema comienza cuando las formas no existen y el tiempo apremia, es entonces cuando todo vale para llegar a la meta poniendo cuantas zancadillas sean necesarias.
Eso sí, el parado que lo siga estando, el enfermo que se preste a sanar de forma inmediata por lo que pueda costarle y los estudiantes a lo suyo con sus paupérrimos recursos ¿o lo de ellos con la reforma educativa del hidalgo ministro Wert? DIARIO Bahía de Cádiz