CARTA AL DIRECTOR enviada por: Fátima Garratón Gil, de Cádiz
Hablo del concepto de respectus, o traducido del latín respeto. Es ese valor que nos enseñan desde niños bajo una definición como: “Respeto es aceptar y apreciar las cualidades del prójimo, además de reconocer el valor de los derechos de uno mismo y de los demás.”, y que actualmente parece cada vez más necesario recordárselo a los no tan niños ó adultos. En una época donde la disparidad de ideas y pensamientos es un hecho irrefutable sigue siendo un problema la aceptación de estos.
Ya allá por los años sesenta, entraban nuevas costumbres que la juventud española incorporó sin problemas a su estilo de vida y desde entonces mucho ha llovido, la sociedad ha ido evolucionando e ideas que antes no se escuchaban han ido surgiendo; y es entonces cuando el concepto de respeto se olvida, quizás por la egolatría humana que nos hace pensar que solo nuestra idea es la válida.
Propongo entonces una reflexión; imagínense mirándose frente a un espejo, todo cambia cuando nos miramos en estos, la derecha es ahora la izquierda y si se cruza en nuestra mirada comenzamos a ver lo que tenemos atrás dejando de ver lo que teníamos delante.
Si solo miras con la vista, pierdes poder percibir con la mente y te estancarás en una percepción superficial, una imagen invertida e irreal, un mundo caótico lleno de perjuicios y falto de respeto, y es así como los espejos continúan siendo motivo de complejos.
Dejen de mirarse al espejo y miren por la ventana, vean, aprendan, comprendan los pensamientos y actos de aquellos que le rodean. Sea un libre pensador pero no intente imponer sus ideas. Respete y recuerde aquello que le enseñaron de niño, porque los mayores no nacemos sabiendo. DIARIO Bahía de Cádiz
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