CARTA AL DIRECTOR enviada por: Joaquín Díaz Carrasco, de San Fernando
Su Majestad: Somos desempleados y desempleadas de la localidad gaditana de San Fernando. Nos hubiera gustado entregarle esta carta personalmente cuando visitó la ciudad el pasado día 11 de julio, pero la organización y el protocolo acto nos lo impidieron.
Le resumo brevemente lo que nos ha llevado a escribirle Llevamos varios meses reuniéndonos con instituciones y administraciones, intentando buscar alternativas y posibles vías de solución a nuestro desempleo. Hace más de un año que nos hemos constituido como asociación, porque el objetivo que perseguimos es conseguir un puesto de trabajo. La mayor parte de nuestros asociados y asociadas, somos personas mayores de 45 años, con lo que ello significa para el ya deprimido mercado laboral de la Bahía de Cádiz.
Como colectivo, queremos trasladarle nuestra inquietud por la situación de nuestra ciudad, ligada desde sus orígenes a la construcción naval y a las Fuerzas Armadas, con toda la riqueza y empleo que supuso para los isleños e isleñas, que hizo de esta vinculación su modus vivendi.
El panorama actual, como usted bien conoce, es desolador porque los pilares en los que nos sustentábamos se han debilitado tanto por la crisis del sector naval como por la marcha de las instalaciones militares.
Los gobiernos municipales que hemos tenido y que tenemos, no han sabido dar soluciones a todos estos problemas a pesar que nuestra tierra tiene un potencial y un patrimonio con el que los isleños, podríamos mejorar nuestra calidad de vida: salinas, esteros, playa de Camposoto, edificios emblemáticos para la historia constitucional de España, arte -la tierra del mítico Camarón-, terrenos militares en desuso, etc. Toda esta riqueza, no se ha sabido poner en valor y mientras en nuestra ciudad, el número de parados/as es cada vez mayor, y el panorama social desolador.
Los planes de empleo que se han puesto en marcha desde las administraciones públicas -estatal y autonómica- no han tenido la repercusión y el efecto deseado, (Plan Ola, Exclusión Social, planes de la Diputación), también desde nuestra asociación venimos reivindicando cursos específicos para los parados mayores de 45 años de la construcción y fórmulas para contratación en las Empresas.
También tenemos mujeres y jóvenes, con problemas para acceder al mercado laboral por su poca formación. Les pedimos a los organismos con quienes nos reunimos, que los cursos los oriente en teóricas y práctica en empresa de las previsibles demandas que necesite el mercado laboral.
Mi objetivo al entregarle esta carta, era tener una ocasión para contarle nuestras historias, y que por la seguridad y el protocolo del acto no pude hacer.
Ahora tranquilamente delante de mi ordenador se las comento:
Me llamo José, padre y viudo, y me alegro del Plan Joven para mi hijo. Pero Su Majestad, tengo que mantener a mi hijo y darle un lugar para vivir. Soy un parado de larga duración mayor de 45 años y tengo muy difícil encontrar empleo por mi edad, y quiero sentirme útil. ¿Qué debo hacer?
Soy José María, padre de 2 hijos. En mi familia estamos todos sin empleo y tenemos dificultad para que nuestros hijos sigan estudiando. Soy un parado de larga duración mayor de 45 años y quiero sentirme útil, ¿Qué debo hacer?
Su Majestad, somos dos desempleadas y somos huérfana de padre y madre. Para sobrevivir hemos acordado de compartir piso y el otro alquilarlo para tener ingresos. Yo Ana, llevo mucho años de empleada de hogar y no tengo los años suficiente para tener una pensión, porque no suelen asegurarnos. Yo, Inma, soy Auxiliar de Geriatría y por los recortes en la ley de Dependencias, suelo hacer trabajos puntuales para poder vivir.
Estas historias son las que tratamos de hacerles llegar a los diferentes partidos políticos para concienciarlos de que busquen otras formas de gestionar la crisis y que no seamos la ciudadanía las que suframos las consecuencias.
Estas son Majestad, unas historias de las tantas que les llegarán a usted, pero como presidente de esta humilde asociación, tengo la obligación de darlas a conocer. Señor, conscientes somos, que usted es el Jefe del Estado, pero en su mano está en ser la voz del pueblo que clama que se le escuche para que los políticos de los diferentes partidos que componen nuestro Parlamento, trabajen para buscar soluciones a la difícil y precaria vida de tantas familias en nuestro país.
Majestad, agradecido por su atención reciba nuestro respecto y nuestros mejores deseos en el desempeño de sus funciones.