CARTA AL DIRECTOR enviada por: Grupo Cristiano de Reflexión-Acción de Cádiz y Bahía
En lo que va de año, 19 mujeres -que sepamos- han sido asesinadas en España a manos de hombres. A pesar de que todos los años conocemos la misma crónica siniestra, no dejamos de alarmarnos y consternarnos por la espiral de violencia de género, materializada en atentados a la integridad de las mujeres y feminicidios que repugnan a la razón humana y a la ética y moral de las personas conscientes del enorme problema planteado en nuestra sociedad con este tipo de violencia.
Celos y posesión machista son algunas de las causas que se aluden cuando la sociedad y las instituciones son interpeladas por crímenes tan horrendos, piénsese, por ejemplo, en los más recientes, como el caso de Manresa: un hombre fingió que su mujer, embarazada de cuatro meses, que recibía continuos maltratos, había fallecido a causa de una caída por las escaleras. O el de Orio (Guipuzcoa), en el que otro hombre ha asesinado a su exnovia, disparándole a bocajarro con una escopeta de cañón recortado.
A pesar de estas horribles escenas, los maltratadores solapan con frecuencia sus motivos violentos con la palabra “amor” o con la justificación “yo la quería”, pero nada más lejos de esa realidad con la que quieren disculparse. El amor no genera violencia o muerte.
Es un hecho que muchos de estos crímenes machistas son el final de procesos violentos de maltratos en los que el agresor satisface sus celos, su cólera y el afán de posesión de la mujer a la que quiere subyugar.
Pensamos que algo muy grave ocurre en nuestra sociedad cuando estos hechos que denunciamos se repiten frecuentemente, a la vez que se reciben por un importante sector de la opinión pública con indiferencia, ya que se piensa que el problema tiene difícil solución porque pertenece al ámbito de la vida íntima de esas personas: víctima, agresor o asesino, e incluso se justifican, en ocasiones, por motivos ideológicos.
En este sentido, no es extraño que crezca el antifeminismo entre los jóvenes ante tantas mentiras como se están extendiendo en las redes sociales sobre la violencia de género. Según informes de expertos de centros especializados en tendencias sociales, nuestros jóvenes no niegan la violencia de género al completo, pero sí le quitan importancia, al alegar que “la violencia de género está mal definida”; “que las medidas que toman no son adecuadas”, y “muchas de las cosas que recogen han pasado siempre”. Que “no es para tanto”, además de creer en las denuncias falsas de las mujeres. ¿Serán mañana maltratadores algunos de estos jóvenes?
Desde el Grupo Cristiano de Reflexión-Acción denunciamos los asesinatos machistas y pedimos a las instituciones estatales y autonómicas y a los expertos que redoblen sus esfuerzos para prevenir esta lacra. A la justicia que no levante la guardia en sus sentencias, y a la Iglesia, a la que pertenecemos, que no calle y denuncie estos crímenes, pues suele enmascarar sus silencios con el miedo a la ideología de género. A los partidos políticos, en estos momentos en campaña electoral, que manifiesten su repulsa por los crímenes machistas y tengan este problema entre sus inquietudes principales, pues no se le puede obviar de ninguna manera.
Como discípulos y discípulas de Jesús de Nazaret animamos a las comunidades cristianas a seguir denunciando la violencia a las mujeres; él que curó y defendió a las mujeres en situación de vulnerabilidad y se dejó acompañar por ellas.
Finalmente, no podemos callar ante actos que por ser execrables atentan a la dignidad, la integridad y la vida de las mujeres y están en total contradicción con la ética y la moral cristiana, por lo que deben ser condenados sin paliativos. DIARIO Bahía de Cádiz