CARTA AL DIRECTOR enviada por: SAT en Navantia San Fernando
Desde la sección sindical del SAT en Navantia queremos transmitir nuestro absoluto rechazo a las detenciones y procesamientos de trabajadores que se están llevando a cabo en la Bahía de Cádiz.
La presión policial, particularmente extrema en la barriada del Río San Pedro en Puerto Real, debe cesar de inmediato.
Consideramos que el despliegue de la Policía Nacional en dicho barrio de trabajadores, en el que se ha detenido y llevado a comisaría a cinco personas, además de una más en Cádiz, para declarar sobre los disturbios en la huelga del metal, es absolutamente desproporcionada en términos estrictamente jurídicos. Si el motivo real era para prestar declaración, no tiene ningún sentido, ya que bastaba con haberlos citado a declarar. Por eso, a nadie en nuestra Bahía, y más allá de esta, se le ha escapado que esta redada se enmarca en un odioso plan de pura represión policíaca contra la legítima lucha obrera y popular.
Efectivamente, observamos que dichas actuaciones, con el propósito de bloquear futuras reivindicaciones, no tienen más objeto que transmitir que los caminos de la lucha deben ser inocuos y desde luego canalizados hacia la falsa paz social que nos han impuesto con la ley mordaza. Así, como esta huelga del metal ha circulado “más allá de las calles que nos marcaba la subdelegación del Gobierno” ahora quieren enfrentarla a detenciones y la siembra del miedo. Se trata, pues, de pura represión preventiva contra la gente que sufre una creciente degradación socio-laboral y que está diciendo basta.
La Bahía de Cádiz es, como ya describió la CTM, una olla a presión donde los trabajadores han estado cociéndose a fuego lento durante jornadas de 12 horas, sábados incluidos, sin cumplir el convenio en cuanto a muchos de sus artículos. La firma de este convenio recién firmado (que no cumplido) venía con un “subir al máximo los fuegos de la precariedad” de esta “olla a presión” hasta quemar al trabajador, sin dejar válvula de escape. Ahora, una vez reventada la olla, van a por los “garbanzos negros” (los más quemados) a través de las detenciones, y se olvidan de quienes han generado esta sobrepresión.
Si la justicia lo fuera de verdad, quienes tendrían que rendir cuentas se encuentran entre esa patronal que utiliza la precarización como sobreexplotación y chantaje, y entre los antidisturbios que vinieron a defenderla.
Por tanto, no nos queda otra que pedir la dimisión de los responsables de esta persecución de color gris, con todos los excrementos constitucionales de la paloma de la paz (social) de por medio y sus perros de caza. DIARIO Bahía de Cádiz