CARTA AL DIRECTOR enviada por: Pedro San Miguel Ballesteros, de Madrid
Ayer estuve en la playa de La Caleta con unos amigos. Presumía yo de playa bonita y familiar, cuando me hicieron ver el espectáculo que se desarrollaba bajo la base del extremo izquierdo, el más cercano al castillo de San Sebastián, del Balneario. Allí, cuatro hombres y una mujer, pareja de uno de ellos, o al menos eso parecía, tenían instalada su residencia. Maletas, mantas, la cama hecha con cartones y telas, cajas de comida, botellas.
Un lamentable estado de suciedad y mal olor, acompañado de gritos y otras lindezas por el estilo. La gente, y mis amigos y yo mismo, abandonos el lugar, buscando otro rincón de la playa.
Cádiz, una ciudad que quiere vivir del turismo como fuente de ingresos principal, no puede descuidar sus playas de esta forma. Estos amigos nunca volverán a La Caleta. Ya han estado, y la imagen que se llevan es lamentable. ¿Tanto cuesta cuidarla como se merece?
La situación de mucha gente es lamentable, ya lo sé, y todo lo que haga para ayudarles es poco. Pero dejarles vía libre no es la solución. Así otra mucha gente se va ver perjudicada. Bares y restaurantes en la playa, y fuera de ellas, negocios de hamacas, vendedores ambulantes de bebidas. Muchas personas perjudicadas.
Y Cádiz es mucho más. Es Puerto, con sus cruceros, es costa y playa, con sus hoteles y restaurantes. Es ciudad, con su historia y sus negocios.
Cádiz se merece pensar en su gente pensando en ella. El turismo no es solo bueno para la gente del sector. El turismo es bueno para la ciudad. Pero no hay que pensar en turismo a gran escala. Centros comerciales o gastronómicos gigantes que arruinen el comercio local. Hoteles de cinco estrellas que se queden vacíos o quieren y cierren dos puertas. No. Cádiz tiene capacidad turística para mantener un turismo estable de cuatro estrellas, incrementando su oferta turística con un proyecto cultural (por Dios, que no todo es flamenco y carnaval), reaperturando el teatro José María Pemán y su teatro, ballet y conciertos de las noches de verano.
Cádiz se merece más. Cádiz es casi mi tierra. Me siento gaditano, por eso me da pena. Quiero disfrutar de Cádiz, de un Cádiz del que puedan disfrutar mis hijos dentro de otros treinta años, cuando tengan mi edad.
No es cuestión de ideologías políticas, es cuestión de querer a Cádiz y su gente. Los programas sociales son necesarios, están muy bien, pero son pan para hoy y hambre para mañana. Hay que darle vida a Cádiz para que los gaditanos vivan. El turismo es la salida. Hay que cuidarlo. Hay que saber qué hacer con Cádiz. Que se pongan de acuerdo en ello por lo menos. Por favor. DIARIO Bahía de Cádiz
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